Como suponemos que ya sabes hacerlo de otras formas –o estás en ello, al menos– vamos enseñarte a hacerlo con los dedos. Bueno, más bien vamos a señalarte los errores que cometes en el proceso, esos que hacen que tu chica se replantee por qué está contigo en horizontal. ¿Por qué crees que siempre quiere pasar rápido a la acción y que dejes de ahondar en su ser? ¿Por qué crees que prefiere que uses tu boca? Ay, amigo confidente, ahora entenderás todo.
Bueno, no hay que hacer un drama. Si ella sigue contigo después de todo es que hay amor, y si te dejó ya sabes por qué fue. Pero podemos cambiar todo eso. Si atiendes y tomas nota, serás el rey, todo un ‘hands’s king’. Eso sí, ten cuidado: son consejos tan eficaces que pueden hacer que tu fémina deje de necesitar tu pene.
1) No cuidarte las manos
Ahora iremos con las partes que tocas mal, no te impacientes. Antes vamos a hablar de tus manos. Es el instrumento con el que vas a dar placer a tu chica, así que no puedes tenerlas de cualquier manera. Y las sueles tener muy mal. Deshidratadas y con las uñas largas. A veces, incluso, tienen roña. Debes saber que si quieres tenerlas así no hay ningún problema, pero si vas a usarlas para tocar una vagina entonces sí que hay drama.
La zona genital femenina es un ecosistema sensible, susceptible de enfermarse con muy poco. Es decir: lávatelas antes de meter la mano ahí abajo. Como suponemos que ya conoces las normas básicas de higiene (ir al servicio, coger el jabón, frotar…), pasaremos al segundo punto: la hidratación. Si no tienes las manos hidratadas, se verán ásperas, lo que incomoda mucho a la mujer portadora de la vagina que estás manipulando. Es un órgano hipersensible y, créenos, ella nota cada callo de tu palma en su zona. Y no, no le pone ni lo más mínimo, por no decir que puedes hacerle hasta heridas.
Esto nos lleva al tercer punto: las uñas largas. Que si te gustan, guay… pero descarta tenerlas así si vas a usarlas para dar placer. Puedes herirla, en serio. Si introduces los dedos en la vagina, y los mueves dentro, puedes desgarrar parte de las paredes de la misma. Tú riéte, pero sucede. Si todo esto de la higiene, el cortauñas y demás te da pereza o pánico, puedes recurrir a ponerte unos guantes, tal y como indica la educadora sexual Sarah Sloane en ‘Cosmopolitan’. “Puede parecer un reconocimiento médico, pero al menos mantiene las uñas y los callos fuera de contacto con la vagina”, asegura.
2) No encontrar el clítoris
Aunque esto es un básico, hay muchos hombres que siguen haciéndolo mal. No se ubican en la zona exterior de la vagina, y aquello se convierte en un caos llamado ‘En busca del clítoris perdido’. Empiezan a tocar todos los rincones para ver si dan con la clave. Si te das por aludido, hemos de decirte que tu chica es un poco desconsiderada (o tímida), ya que podía ayudarte a encontrarlo.
Si tienes que hacer tú todo el trabajo, aquí unos consejos: pon tus dedos al comienzo de los labios externos de la vagina y baja hasta los menores. Una vez ahí, y con una presión suave, sube un poco hasta encontrar una especie de ‘montañita’ o protuberancia pequeña y acarícialo suavemente. “Pero, ¿cómo sé si he llegado ahí?”, te preguntarás. Muy sencillo: mira su cara y escucha sus gemidos y respiración. Su rostro dirá “oh sí, por fin, cariño”.
3) No usar lubricante
Esto depederá de la chica en cuestión. Las hay que lubrican mucho, y otras que nada. También puede que tras tus repetidos fallos en la manipulación del proceso la hayas dejado más seca que la mojama. Suponemos que lo sabes, ya que eres macho experto, pero cuando ellas dejan de excitarse el río húmedo se seca. ¿Qué significia esto? Aparte de que necesitas este artículo para hacer que aquello se convierta en una piscina, que puedes hacerle daño. “La lubricación vaginal natural femenina no tiende a durar un tiempo muy largo, por lo que muchas mujeres notan incomodidad cuando están siendo tocadas”, advierte la terapeuta sexual Vanessa Marin a la citada revista.
Si la vagina está seca, cualquier roce o movimiento será recibido con dolor. Por ello, es vital que te hagas con un bote de lubricante. No son caros y puedes encontrarlo en supermecados o farmacias. Tenlo siempre en el cajón de la mesilla. Hay múltiples variedades: de sabores, de colores, de calor, de frío… Solo has de estar pendiente de que el que elijas no contenga azúcar, pues puede provocarle una infección (que luego pasará a tu pene si la penetras).
Sácale partido al asunto. El empleo de lubricante se puede convertir en un juego previo de lo más excitante. Si ella siente líquido en su vagina, inmediatamente se pondrá a cien. Extiéndeselo suavemente por todos los rincones, con tus dedos hidratados. Acaríciaselo y ponte más en los dedos en el momento de introducir tus manos por su vagina. Este producto también puede servirte para el sexo anal, pero ese es otro tema del que ya hablaremos en artículos futuros.
4) Simular una penetración con los dedos
Numerosos hombres piensan que a la hora de masturbar a una mujer, deben simular una penetración con sus dedos. Pues no, amigo. Más bien lo contrario. Aunque le introduzcas dos, tres o cuatro dedos, que alcancen el grosor de tu pene, nunca se parecerá a tu órgano sexual. Y ella no quiere que hagas eso. Es incómodo y nada placentero. Tu chica pensará que no tienes ni idea y se le secará el río. Recuerda: la cosa no va de ametralladoras, sino de ganchos.
Esto es lo que debes hacer. Una vez que estés en el interior de la vagina, crea cierta presión hacia arriba. Cuando ella comience a excitarse, comienza a hacer movimientos rítmicos en la zona del clítoris, aumentando poco a poco la intensidad. Con la otra mano puedes acariciarle el clítoris o los labios vaginales.
5) No tocar por encima de la ropa
No es necesario que ella esté desnuda para alcanzar el clímax. Con los toques necesarios, puedes hacer que llegue al orgasmo con la ropa puesta y en cualquier lugar y situación. ¿Te imaginas darle tanto placer que haga que llegue en mitad de una cena? Puedes, de hecho es tremendamente fácil. Solo tienes que comenzar a tocarle el interior de los muslos suavemente durante un rato, sin llegar a la vagina. Ella comenzará a excitarse de inmediato, tanto por la situación como por el roce que nunca llega a tocar sus genitales.
Si la chica aún no te ha cortado el rollo porque “no es el lugar ni el momento” y “eres un salido”, es hora de pasar al segundo punto. Con movimientos circulares, y con bastante presión, comienza a subir la mano hasta llegar a la zona de su vagina. Quédate ahí, y empieza a acariciarla con los dedos, verticalmente. Cuando ella ya esté al borde, atrévete a dar ‘semipellizcos’ en la zona del clítoris. No aprietes mucho. Sigue tocando, con cierta intensidad y con mayor rapidez que hasta ahora, y… habemus orgasmo.
6) Centrarte en la vagina
Masturbar no es solo tocar la vagina. Tienes dos manos, recuerda. Mientras le acaricias la zona genital utiliza la otra para tocar pezones, el vientre, el trasero, la zona interna de los muslos… Aumentarás la intensidad de sus sensaciones al cien por cien. Además, ayúdate de la lengua. Puedes comenzar a darle suaves mordiscos por el cuello, o a besarla apasionadamente en la boca. Todo ello mientras sigues con la otra mano ahí abajo. Éxito asegurado.
7) No tener comunicación
Tanto si tienes dudas como si no, debes preguntarle al ser que tienes al lado si le gusta lo que estás haciendo. Como sabrás, los hombres y las mujeres, por lo general, tienen diferentes modos de comportarse y expresar lo que sienten. Ella puede estar dejando claro por sus gestos o su silencio que la estás pifiando, pero tú puedes no captarlo. Por eso, lo mejor es la comunicación.
¿Te gusta? ¿Subo? ¿Quieres más rápido? ¿Te apetece un cunnilingus? Preguntas como estas son básicas para que el sexo oral sea óptimo para ambos. También puedes probar a decirle lo que le vas a hacer a continuación: es algo que excita sobremanera a numerosas mujeres. “Ahora te voy a introducir los dedos hasta el final, ¿quieres?”, por ejemplo. También le darás la oportunidad a ella de sentirse más libre para expresar lo que verdaderamente quiere y necesita. Prueba y nos cuentas.
8) Olvidar tu lengua en el proceso
Aunque este artículo versa sobre cómo masturbar con las manos, puedes hacer un combinado. En puntos precedentes te lo hemos comentado por encima, pero ahora vamos a entrar en detalles. Tienes dos manos y una boca. Bien, pues úsalas a la vez. A la mayoría de mujeres les vuelve locas que mientras introduces los dedos en su vagina, la otra mano sirva para acariciar otras partes erógenas (pezones, ano) y la lengua para estimular el clítoris. El resultado del ‘combinado triple’ es explosivo, en todos los sentidos. Échale imaginación.
9) No utilizar elementos tecnológicos
Vivimos en la era de la tecnología, y ya que te has comprado el último smartphone, ¿por qué no estar a la última en tecnología sexual? Debes lanzarte al mundo de los vibradores y anillos. Le darán un plus a tu masturbación. Saldrás de la rutina, algo que ella seguro agradecerá enormemente. Puedes combinar: un día utilizas tus manos, otro tu lengua, otro un vibrador… Y así. No tengas miedo de si este último es más grande que tu pene, ya que no todo es eso y ella nunca lo sentirá ahí dentro como te siente a ti. Le dará placer, pero diferente. Ni mejor ni peor. Fuera complejos.
10) Usarlo solo como preliminar
La mayoría de machos utilizan la masturbación como paso previo a la penetración, y no debería ser así. Para ellas es tan excitante que emplees tus manos como acabar teniendo un coito contigo. Además, no siempre tiene por qué apetecerla que te introduzcas en ella, y solo quiere llegar al clímax a través del clítoris, con tus manos. Por ello, debes comenzar a darle placer sin necesidad de acabar acostándote con ella. La chica lo entenderá como un regalo desinteresado. Como si dijeras: “Mira, hago esto porque te quiero y quiero que goces. No espero nada a cambio, solo quiero llevarte al cielo”.
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