Lo que tenía que pasar pasó. Demasiado poder a eso que llaman colectivos, donde hay zorros y camaleones, de los que nadie quiere hablar porque todo el mundo tiene miedo.
Hay colectivos positivos y colectivos negativos. Estos últimos son menos pero con poder de fuego, comercio de cosas indebidas, que impone toque de queda en barrios y sectores populares y principales de nuestra ciudad.
Los colectivos positivos son por ejemplo, los funcionarios del Cicpc, de la GNB, de la PEB, aunque a veces se solapan, algunos de estos con aquellos y por eso termina el ciudadano tan aterrorizado que prefiere no decir nada y pagar la vacuna que le permita tener seguridad en su casa y circular por su calle.
Eso lo sabe el gobierno, pero como forma parte de la política de Estado para someter a la disidencia, pagamos los que somos y los que no somos.
Escena I
Muy temprano avisaron los vecinos de la avenida Manuel Piar, que los motorizados tenían tomado todo el lugar y que una riada de gente se disponía a bajar hasta la sede del Cicpc.
Como los que allí comandaban, algunos eran de cierta catadura, como el capitán Garfio, pues el del cuento de Peter Pan, los ciudadanos corrieron a protegerse.
Lista y organizada la acción comenzó el desplazamiento de los colectivos, que se sienten ofendidos en su seguridad ¿Qué tal? Jajajajaja.
Los dueños de transporte público cuando vieron aquello cambiaron la ruta, nadie bajó por esa vía y el que se encontraba de frente con la marcha, se metía por cualquier recoveco, un autobús está muy caro, aunque el gobierno diga que es culpa del imperialismo, repetían los conductores y colectores.
Los pasajeros de las unidades de transporte público, por supuesto eran solidarios con el chofer y lo conminaban a que se fuera de allí.
Muchos terminaron en otras direcciones, pero no se quejaron; decían: Estamos vivos y no nos atracaron.
Escena II
Llegaron a la sede del Cicpc. Cuando lo hicieron, por supuesto lo estaban esperando. Los funcionarios del Cicpc, el cuerpo de pesquisas más eficiente que ha tenido país alguno en América Latina, venido a menos por el exceso de zorros y camaleones, se subieron a los techos, cerraron la puerta principal y se prepararon para lo peor.
Los colectivos en el documento reclaman ser perseguidos por el Cicpc. El lunes cayó alguien a quien llamaban “el pelón” pero no Natera. Ése “trabaja” desde otros lares aunque tiene “intereses”, empleados, “funcionarios” en todos los cuerpos de seguridad.
La nómina del tipo (pelón Natera) se parece a la Al Capone en la Chicago de los años 20. Hasta jueces, periodistas, lo que haga falta. Su “negocio” es muy rentable.
Regresemos al pelón de Vista Al Sol.
Esa es una cabullita de la madeja que viene rodando desde noviembre, diciembre, cuando unos malandros mataron a otro y los amigos en venganza cobraron con la muerte de otro de ese grupo pero además lo quemaron y lo dejaron en la vía pública como ejemplo.
Todos tienen gobierno en Vista Al Sol, ruta 1 pero aunque los vecinos, compatriotas, camaradas, lo saben, no se puede hacer nada.
Nadie quiere exponerse a denunciarlo y que quien recibe la denuncia esté en la nómina de quien gobierna por esos lares que no es General como nuestro gobernador pero tiene rango.
Por ahora, están reunidos. No me imagino cómo será eso. En serio. No me da la imaginación, por eso no soy escritora. Lo que si tengo es curiosidad. Cómo me gustaría estar allí para verlos y escucharlos. A los dos colectivos. El independiente y el del Estado. (Carmen Carrillo)
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