Venezuela es el país del mundo que más recibe refugiados
colombianos, según la ONU. De 340.190 exiliados en 31 países del
planeta, están aquí 173.673 personas, informó una nota del diario El
Heraldo de Colombia publicada en la página del alto comisionado de Ddhh
de la ONU en el vecino país, en septiembre pasado.
Según estos datos, siguen en la lista Ecuador y Panamá como países
con mayor recepción de personas que huyeron de la guerra interna de ese
país que se extendió por más de 50 años.
Recientemente, entrevistado por Últimas Noticias,
Juan Carlos Tanus, presidente de la Asociación de Colombianos en
Venezuela, reconocía la labor del Gobierno nacional en la protección de
personas desplazadas por el conflicto en municipios como el Tibú, del
Departamento Norte de Santander, donde el pasado 26 de enero el
vicepresidente del vecino país, Germán Vargas Lleras, ofreció
desafortunadas declaraciones donde excluía a los venezolanos del
beneficio de una vivienda allá.
Sin embargo, la solidaridad internacional se expresa en diversas
formas hacia esta nación suramericana, cuya población ha sufrido
bastante las consecuencias de la guerra.
En el último informe sobre Tendencias Globales de Acnur (2015), Colombia aparece como el primer país de América Latina y el décimo con mayor número de desplazados del planeta, superado por naciones como la República Árabe Siria, Somalia, Afganistán y Sudán del Sur, azotados por conflictos que han generado fuertes crisis humanitarias.
Francesca Fontanini, oficial de comunicación de Acnur en las Américas, al referirse a dicho informe expuso otro fenómeno de altísima incidencia en el vecino país, como es los llamados desplazados internos.
“Casi 7 millones de desplazados internos ponen a Colombia en primer
lugar después de Siria, con 6,7 millones. Pero hay que hacer una
precisión, que Colombia tiene este número acumulativo desde 1985,
mientras que Siria ha generado este gran número en solo cinco años”,
dijo la funcionaria.
El reciente Acuerdo de Paz suscrito por el gobierno de Juan Manuel
Santos y las Farc establece medidas para la atención y reparación a los
familiares y víctimas del conflicto armado. Sin embargo, este acuerdo
fue rechazado en el plebiscito y replanteado en La Habana.
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