Tres hombres armados y encapuchados entraron a la vivienda de la cantante Soledad Bravo,ubicada en el municipio El Hatillo del estado Miranda, y luego de someter a todos lo que allí se encontraban cargaron con joyas, comida, dinero, prendas de vestir, zapatos, además de una camioneta propiedad de la familia de la intérprete.
Fernando Dommar, amigo de la cantante, contó que a las 5:00 am los delincuentes treparon el portón de la residencia en la urbanización Loma Larga de Oripoto y entraron por el balcón de la habitación de la hija de la artista, Ana Sol Martínez, a quien apuntaron y posteriormente ataron de pies y manos junto a sus dos hijos de 7 y 10 años. Luego se dirigieron a la habitación de Bravo y su esposo, Antonio Sánchez. A ellos también los maniataron con corbatas de seda que tomaron del clóset del dormitorio.
Bajo amenaza de muerte los pistoleros mantuvieron cautivos a los integrantes durante una hora y 45 minutos. En ese tiempo cargaron con televisores pantalla plana, joyas, un pescado congelado, dinero en efectivo, así como también ropa y los zapatos de la artista.
Dommar aseguró que los hampones sabían que en esa casa vive alguien ligado al mundo del espectáculo. Cuando ellos entraron preguntaron: “Quién es el músico”. No agredieron, pero los amenazaron de muerte. Los artículos y la comida los subieron a una camioneta Grand Blazer del año 1997 placas AACO54, la cual pertenecía al grupo familiar.
El nieto menor de la cantante, de 7 años de edad, logró desatarse y liberó a sus parientes. Pese al robo, Bravo no canceló un viaje que tenía programado para ir ayer a Nueva York. No dio declaraciones sobre lo sucedido porque estaba apurada, temía perder el vuelo. Solo dijo: “Me voy a enarbolar la bandera de mi patria. Me la llevo en el corazón”. Subió a una camioneta Cherokee y se marchó con destino al aeropuerto de Maiquetía.
Paradójicamente, Dommar había conversado con la familia de la intérprete para instalar un sistema de cámaras de seguridad y de alarmas contra robos con el fin de blindar la propiedad del asedio del hampa. A la casa de Bravo acudieron funcionarios de la División contra Robos del Cicpc, así como de Polihatillo, agentes de la GNB, adscritos a Patrullaje Inteligente. Los detectives interrogaron a la hija de la trovadora, quien ofreció detalles de lo ocurrido.
La semana pasada un grupo de hampones también asaltó a los habitantes de una residencia en esa urbanización y a pesar de que en La Boyera hay vigilancia privada, según Dommar, los miembros de una banda delictiva proveniente de Sisipa –Baruta– entraron a la vivienda de una abogada.
“Actuaron con este mismo modus operandi y la mantuvieron atada a una silla por más de cuatro horas”, aseguró.
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