En Ciudad Guayana funcionaba el único centro de atención nutricional de la región
Fue en la víspera de los carnavales más felices de estos años, según la apreciación del presidente de la República, Nicolás Maduro (y para los que aprobó, por cierto, 690 mil millones de bolívares), cuando dos niños se murieron de hambre en San Félix.
Dos casos que pudieron tener otro desenlace. Dos casos en los que los efectos de la enfermedad fue determinante. Dos casos en los que la escasez de albúmina selló la suerte de los dos pacientes.
La primera de las víctimas fue Maibelis Rengel, de cuatro meses. Su familia, de El Triunfo, la llevó al Hospital Dr. Raúl Leoni el 20 de febrero. Murió el 26, domingo de carnaval.
Tres días después, en Guaiparo, la víctima del hambre fue un niño: Cristóbal González, de cuatro años. Su domicilio suena ahora a pura ironía: calle Esperanza, del sector Las Américas, San Félix.
No era la primera vez que estaba hospitalizado por algo similar: en junio estuvo en Guaiparo. En un principio, a los médicos los alarmaban sus 12 kilos de peso, pero lograron estabilizarlo y darle de alta.
Ahora, cuando reingresó, pesaba ocho kilos. Esta vez no hubo posibilidad alguna y murió el 1 de marzo, Miércoles de Ceniza.
Cuentas pendientes
El caso de Cristóbal González abre una pregunta: si había sido dado de alta, ¿por qué murió? Derivada de ella, otra interrogante: ¿quién es responsable: Estado o familia?
Su familia encuadra en los parámetros de la miseria. Seis hermanos. Padres sin poder adquisitivo. Por supuesto, abundaron los descuidos por ignorancia sobre el asunto. Amén de ello, entra la responsabilidad estatal.
En 2008, apuntado en la normativa técnica para el manejo de niños y niñas con desnutrición grave del Ministerio del Poder Popular para la Salud, está el protocolo de las instituciones gubernamentales: seguir cada caso, luego de las altas, hasta la recuperación total. No fue este el caso. De hecho, desde hace tiempo no se hace.
Prontuario recrecido
En Ciudad Guayana funcionaba el único centro de atención nutricional de la región. Dependía de la Gobernación de Bolívar y cerró a finales de 2014: la escasez de comida fue la primera causa. Sobre el hecho no hubo pronunciamiento oficial alguno.
Responsables de organizaciones como Cáritas han insistido en que en Venezuela, desde hace varios meses, había que declarar la crisis alimentaria. Los oídos sordos han privado.
El prontuario del hambre este año en San Félix comenzó el 16 de enero, con Keiner Iván Cardozo Millán, de un año. Siguió con Orangelis Figuera, de siete meses, quien murió el 29 de enero.
Joelvis Quijada, de un mes, y Santiago Velásquez, de tres, fueron las víctimas siguientes: uno, el 31 de enero. Otro, el 1 de febrero. Luego, Edgarlis Peñaloza, de un año, y Ángel Grillet, de tres meses, murieron el 17 de febrero con unas horas de diferencia.
Los carnavales trajeron más que alegría y colores este año. Aunque el Presidente de la República insista en que estas fueron las fiestas más felices de los últimos años en Venezuela, la que hace fiesta ahora es el hambre.
CDC.-
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