La frecuencia sexual no siempre depende de las ganas que tengamos, sino del tiempo disponible. Entre el trabajo y otras ocupaciones, reservar un momento para tener sexo parece difícil, ¡pero no imposible!
Sin embargo, la intensidad del sexo también depende de en qué momento se tenga. No es lo mismo entregarse a las delicias de un "mañanero" cuando sólo tenemos unos minutos antes de correr al trabajo, a hacerlo por la tardesita, sin prisas ni preocupaciones.
Estas son algunas de las diferencias en el sexo, según el horario en que lo practiques.
Mañanero
Las caricias suelen ser tiernas y los besos largos. Las posiciones varían, sin embargo, por el horario es común estar un poco aletargado. La posición de cucharita es la clásica para cuando estás entre dormido y despierto, pero muy hot. El misionero también es una gran opción para irse contentos a la oficina. Es tradicional pero súper placentera.
En la tarde
Regresaste de trabajar y traes la lívido a tope. Puede que estés cansada pero las ganas te sobran. El sexo vespertino tiende a ser atrevido, juguetón y también a prolongarse durante más tiempo. No hay prisas ni preocupaciones. Puedes comenzar con un baño calientito en pareja o un jugueteo en la sala, en la cocina o donde quieras. Hay tiempo para dar y recibir hasta donde lo permita tu imaginación.
Después de cenar
Aún con la barriga llena, el sexo se antoja. Tal vez al principio comiences con las posiciones tradicionales, pero date y dale unos minutos y verás como las cosas cambian. En lo oscurito se antoja más experimentar. ¿Qué tal empezar con sexo de perrito y después pasar al sexo anal? Deja que la noche se apodere de ti ¡y éntrale a todo!
Fuente: actitudfem / MF
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