Tener piel seca y deshidratada no es lo mismo, aunque a veces podemos confundirnos y pensar que así es, existen varias diferencias entre una y otra y es importante aprender a identificarlas para darles el tratamiento adecuado a cada una.
La piel seca tiene un componente genético, carece de aceites naturales, su textura es áspera y su apariencia escamosa, podemos notar que se arruga fácilmente y se siente acartonada sin importar el clima en el que estemos, no puede cambiarse pero si puede tratarse con ayuda de cremas especiales para piel seca.
La piel deshidratada no es genética sino que le hace falta agua, podemos identificarla por que no es luminosa y empeora con temperaturas frías, usualmente provoca una zona T brillosa y mejillas acartonadas, pero puede tratarse con una crema hidratante.
Fuente: nuevamujer / MF
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