La muerte de un joven en movilizaciones estudiantiles desató hoy protestas de universitarios y opositores en Bolivia, en contra de la actuación policial y la versión oficial que atribuye el fallecimiento a los propios manifestantes.
Universitarios y opositores protestaron en La Paz por la muerte ayer del estudiante en la ciudad vecina de El Alto y reclamaron la renuncia del ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Romero, al que calificaron de "mentiroso" por la versión de los hechos que mantiene el Ejecutivo de Evo Morales.
"Somos universitarios, no somos ignorantes. Todo el mundo se da cuenta de que una canica no podría perforar un hueso y más aun con un petardo", declaró a Efe Carla Ayala, una representante estudiantil, durante una concentración frente al Ministerio de Gobierno.
Romero había señalado horas antes en rueda de prensa que el joven no falleció por un proyectil de la Policía sino por el impacto de una canica de vidrio disparada con un petardo casero, supuestamente por los propios manifestantes, que se alojó en un pulmón y le provocó el fallecimiento por una hemorragia interna.
Sin embargo, los universitarios "ya están haciendo experimentos para demostrar que no ha sido una canica", manifestó Ayala, secretaria ejecutiva del centro de estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), una de las más relevantes de Bolivia.
Alrededor de un centenar de estudiantes de la UMSA se concentraron frente al ministerio al grito de "no fue una canica, fue la Policía", con pancartas pidiendo la dimisión del ministro.
El ex presidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005) acusó en Twitter al Gobierno de Morales de realizar "una nueva acción que viola los DDHH -derechos humanos- y el respeto a la vida".
Samuel Doria Medina, líder de la formación opositora Unidad Nacional, expresó en la red social que la lucha "continúa" ante las acusaciones de manipulación del ministro.
"Dicen que en boca de mentiroso todo se hace dudoso, Romero mostrando una canica y a la defensiva ante el repudio ciudadano por represión en El Alto. Nos ataca furioso, da manotazos, la lucha sigue", escribió.
En las críticas hacia la versión oficial coincidieron entidades universitarias, de derechos humanos y sindicales, entre otras.
Por su parte, el Gobierno boliviano denunció la utilización con intereses políticos de la muerte del joven, que se produjo en unas movilizaciones en demanda de más presupuesto público para una universidad de El Alto.
La protesta incluyó el bloqueo de avenidas en puntos estratégicos, como los que comunican con La Paz o el aeropuerto internacional que comparten ambas urbes, en los que intervino la Policía para despejar el paso.
El Alto es la segunda ciudad más poblada de Bolivia, con cerca de un millón de habitantes, y está situada en el altiplano junto a La Paz. EFE
ST
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