Una relación pasa por diferentes etapas, buenas y malas. Entre las peores, muchas veces determinante para la pareja, encontramos la infidelidad. Ese momento dado en que nos encontramos con la desagradable situación de que tu pareja tenga o haya tenido un escarceo fuera de su amor.
Aunque es algo que debemos dejar que nos confiese, principalmente porque es su responsabilidad, hay otras maneras de darnos cuenta de la situación en la se encuentra nuestra relación.
Uno de los detalles más evidentes es la pérdida del deseo sexual por parte de nuestra pareja. Cuando nuestra actividad ha sido más o menos regular durante toda nuestra relación, es evidente que tiene otro interés o esté sufriendo un problema personal.
¡Que no cunda el pánico! Lo primero que debemos hacer es hablar con nuestra pareja y expresarle nuestra preocupación ante tu aparente desinterés en las relaciones sexuales.
Otro posible indicador puede ser la obsesión por su teléfono móvil. Antes de ponernos “en plan FBI”, seamos adultos y hablemos de manera directa.
Nunca debemos sacar conclusiones precipitadas, pues si no es cierto puede provocar que nuestra pareja se ofenda y se moleste con nosotros.
Nuestras sospechas deben contar con una base o fundamento de esta supuesta evidencia. Como no nos cansamos de repetir, los celos jamás están justificados y siempre hay que intentar mantener una comunicación fluida con nuestr@ compañer@.
Una relación debe basarse en la confianza plena. Si crees que en tu caso no es así, deberás intervenir cara a cara e intentar encontrar una solución.
La sinceridad es la base de todo. Si tus sospechas acaban confirmándose, debes ser franca contigo misma ¿Perdonar y seguir la relación o poner punto final a vuestra historia? Sólo depende de ti.
Si para ti no hay solución posible, debes pensar que una puerta muy querida se cierra pero que se abren otras ventanas de lo más interesantes por descubrir.
Con información de:: Nosotras
RA
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