Costa Rica lanzó hoy el programa "Intégrate al empleo", una iniciativa que busca ayudar a las personas refugiadas o solicitantes de refugio para que encuentren un trabajo en el país.
El Ministerio de Trabajo costarricense, junto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), impulsa que las personas refugiadas cuenten con un empleo que les brinde las oportunidades necesarias para mejorar su calidad de vida.
"Las personas refugiadas tienen derechos y gozan de toda la legalidad, de manera que nosotros facilitamos nuestro servicio de intermediación para que estas personas refugiadas y en un estatus migratorio legal pueden integrarse al empleo", explicó a Efe el ministro de Trabajo Steven Núñez.
En la actividad las autoridades firmaron varios convenios de facilitación de contrataciones, en ellos se impulsa un subsidio económico por parte de Acnur para aquellas empresas que contraten a las personas bajo esta condición.
Las personas refugiadas son aquellas que se han visto forzadas a huir de su país porque su vida, libertad o seguridad están en peligro, ya sea por conflictos armados, violencia o violaciones a los Derechos Humanos.
Datos oficiales indican que la Dirección de Migración y Extranjería recibía en promedio por mes entre 60 y 120 solicitudes de refugio, pero ha habido un incremento en los últimos meses debido a la crisis sociopolítica que se vive en Nicaragua.
Solamente en el mes de junio Costa Rica recibió al menos 5.200 solicitudes de refugio, la mayoría de nicaragüenses.
Según la Acnur, el desempleo de las personas refugiadas en Costa Rica es del 25 %, el 55 % tiene un empleo formal y el 20 por ciento se encuentra en subempleo o informalidad.
"El país no solamente está dando asilo a miles de personas nicaragüenses que hoy día se han visto obligados a huir de la situación sociopolítica que atraviesa ese país, sino que también es país de acogida de países como El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia y Venezuela y un número importante de otras latitudes", dijo a Efe la oficial de Protección de ACNUR, Marcela Rodríguez.
La experta añadió que Costa Rica se caracteriza por ser un país "democrático, de tradición de respeto a los derechos humanos y de solidaridad con las personas que en determinado momento se han visto obligados a huir de sus países".
En el marco de la actividad se llevó acabo una feria de empleo en la cual 20 empresas como Pizza Hut, McDonalds, Cinépolis, Sykes, el grupo de limpieza Nitidos, el club vacacional Fiesta, entre otros, buscaban personal, mientras que varios centros de formación pusieron a disposición carreras técnicas.
La salvadoreña Carolina Margarita Mendoza tiene ocho meses de haber llegado a Costa Rica, con una hija de 12 y un niño de 6 años, tras verse obligada a salir de su país por las constantes amenazas y acoso de las maras.
"A mi niña me le querían hacer daño, nos vinimos sin nada, el problema es que no tengo trabajo y la búsqueda de trabajo ha sido demasiado difícil", indicó Mendoza a Acan-Efe.
Por su parte, el también salvadoreño James Frank Santos dejó a sus hijos para venirse a Costa Rica hace trece meses también por problemas de las maras.
La joven venezolana Oriana Piña, una estudiante de ingeniería industrial en la Universidad de Carabobo, explicó que participó activamente en las protestas debido a la falta de transporte y de comedor en el centro de estudios.
"Tras las protestas y manifestaciones me quedé encerrada en la universidad y llegaron guardas a lanzar bombas lacrimógenas, algunos compañeros tenían heridas por perdigones en la espalda. Fue demasiado traumático para mí y tomé la decisión de venirme, por seguridad y por miedo", dijo Piña de 21 años.
Costa Rica es un pequeño país de 4,9 millones de habitantes y cerca del 8 por ciento de su población es inmigrante, la mayoría nicaragüense. EFE
EA
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