Sin convocatorias masivas pero con mucha pasión, los activistas LGTBI en Cuba usan el diseño, las redes sociales y se toman fotos de boda simbólicas en la célebre Plaza de la Revolución para concienciar y defender el cambio en la nueva Constitución, que abre la puerta al matrimonio homosexual.
Aunque los activistas por los derechos de esa comunidad llevan ya más de una década de labor -con mayor o menor apoyo gubernamental-, las iniciativas aumentaron desde que el mes pasado se conoció el contenido del borrador de la nueva Carta Magna, que se debatirá desde hoy en un proceso de consulta popular de tres meses.
"Yo cuando vi a dos mujeres vestidas de novia, besándose y haciéndose fotos de boda en el Malecón y la Plaza (de la Revolución), me dije: algo está pasando", comentó a Efe Darily, una habanera que se sorprendió "gratamente" cuando vio la "reacción positiva" en la mayoría de los espectadores.
La sesión de fotos, organizada por activistas del grupo de teatro "El Ciervo Encantado", fue una de las acciones "vistosas" y "desde el humor" con las que se intenta visibilizar el debate sobre el artículo 68 del nuevo proyecto constitucional, que irá a referendo el próximo febrero.
En la Carta Magna actualizada se modifica el concepto de matrimonio, ahora definido como "unión voluntaria entre un hombre y una mujer", a la "unión entre dos personas", lo cual allana el camino a la legalización de las bodas entre personas del mismo sexo y responde a un reclamo histórico del colectivo LGTBI cubano.
La reforma constitucional incluye entre sus cambios más llamativos la eliminación del término "comunismo" -aunque en la práctica el sistema político cubano no sufre cambios-, la institución de la figura del primer ministro y la prohibición de discriminación por razón de género.
Pese a la aceptación generalizada del Parlamento cubano, que aprobó el borrador en julio pasado, la legalización del matrimonio igualitario provoca reacciones encontradas entre los isleños.
Para Lolita, el "amor es libre" y las bodas homosexuales deberían ser algo "natural", mientras que a Alexander, un conductor de bicitaxi, el tema le da igual porque "cada quien hace de su vida lo que quiere" aunque insiste en que no confía ni en el Gobierno ni en la nueva Constitución, que "no va a traer nada bueno para el pueblo".
Varias iglesias cristianas de la isla llamaron a sus fieles a "luchar" contra el artículo 68, convocaron ayunos y repartieron volantes con una ilustración de un hombre y una mujer, en defensa del "diseño original de la familia".
La respuesta del colectivo LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales) en La Habana fue rediseñar el afiche conservador y cambiar el mensaje por uno de apoyo al "diseño cubano" de una "familia muy original": aquella que no está limitada a una pareja heterosexual.
El cartel, una iniciativa de la marca cubana de ropa "Clandestina", se distribuye en su tienda de La Habana Vieja, en el estudio de tatuajes "La Marca" y también puede descargarse en internet, donde ya circula sobre todo en Facebook, la red social más usada en Cuba.
A pesar de que la isla aún es uno de los países más desconectados del mundo, es en las redes sociales donde se producen los debates y análisis más intensos.
"En Cuba son pocos los espacios físicos, donde pueden converger personas con diferentes ideologías y maneras de entender el activismo. De alguna manera, las redes han venido a suplir esos vacíos", dijo a Efe Yadiel Cepero, administrador del grupo de Facebook "Construyendo una agenda de la diversidad sexual en Cuba".
Cepero, de 28 años, lleva más de seis como activista y aunque no siempre puede costear la conexión a Internet (1 dólar la hora), se esfuerza por "leer cada comentario" y "documentarse" para intervenir en las discusiones, que "suelen ser profundas y acaloradas" pues en este tema "no hay unanimidades".
"El momento (para el activismo LGTBI) es todos los días. Sin embargo, la consulta popular representa una gran oportunidad para desarrollar un ejercicio pedagógico (...). Cada espacio debe servir para aclarar dudas y deconstruir mitos", subrayó.
El "optimismo" es palpable, pero no todos saben canalizar ese "entusiasmo", señala por su parte Susana Hernández, periodista y creadora de la ruta "Into Queer Havana" que busca educar y sensibilizar recorriendo sitios clave del "ambiente" en la capital cubana.
"No estamos acostumbrados a la participación de este tipo y eso puede ser peligroso", reflexiona Hernández, para quien "todavía queda mucho por hacer en otras causas", en referencia a los animalistas cubanos que hoy abogan porque se hable de protección animal en la nueva Constitución.
EFE/ MF
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