Es muy común que, tras estar sentados durante un rato y levantarnos rápidamente, suframos unos leves mareos y esa sensación de atontamiento y pesadez en la cabeza que resulta tan molesta.
Las personas que se sienten aturdidas o mareadas al levantarse pueden sufrir una bajada de presión arterial repentina llamada hipotensión ortostática. Un nuevo estudio realizado por la publicación académica de la American Academy of Neurology señala que las personas de mediana edad que sufren de dichas bajadas de presión sanguínea pueden presentar un mayor riesgo de sufrir demencia o derrames cerebrales.
La hipotensión ortostática ya había sido relacionada con problemas de corazón, desmayos y caídas pero la nueva investigación, dirigida por la Doctora Andreea Rawlings del John Hopkins Bloomberg School of Public Health, busca determinar si esta forma de presión arterial baja está relacionada con problemas cerebrales, concretamente la demencia.
Para la correcta realización del estudio, se estableció que sería considerado presión arterial baja cuando existiera mínimo una bajada de 20 milímetros de mercurio (mmHg) en la presión arterial sistólica, cuando el corazón se contrae para producir un latido; o de 10 mmHg en la presión arterial diastólica, cuando el corazón está en reposo. La presión arterial normal es inferior a 120/80 mmHg.
El estudio se realizó con 11.709 personas con una edad promedio de 54 años seguidas de un grupo con edad promedio de 25 años. Los participantes se reunieron hasta cinco veces con los investigadores durante el estudio. Ninguno de ellos tenía historial de problemas cardiacos o apoplejías al principio del estudio.
Durante el examen inicial, los participantes fueron evaluados de hipotensión ortostática. Se les indicó que se tumbaran durante 20 minutos y que después se levantaran con un movimiento fluido y rápido. La presión arterial fue medida cinco veces al ponerse en pie. Los investigadores determinaron el promedio de las lecturas y calcularon la diferencia respecto de la presión sanguínea promedio de los participantes en reposo. Se determinó que 522 participantes, un 4.7%, padecían hipotensión ortostática al principio del estudio.
Los investigadores monitorizaron a los participantes durante el estudio en busca de señales de demencia o derrames cerebrales con visitas y revisando los registros médicos. Durante el estudio, 1.068 personas desarrollaron demencia y 842 personas sufrieron un accidente cerebrovascular istrémico, el cual sucede cuando el flujo de sangre se bloquea en parte del cerebro. Se observó que aquellos participantes que tenían hipotensión ortostática al principio del estudio tenían un 54% más de riesgo de desarrollar demencia que los demás. Un total de 999 de los 11.156 participantes sin hipotensión ortostática (un 9%) desarrollaron demencia, en comparación con los 69 de 552 sujetos con hipotensión ortostática (el 12.5%).
Además, aquellos que padecían de hipotensión ortostática tenían el doble de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular istrémico. Un 15.2%, u 84 de 552 personas, con hipotensión ortostática sufrieron un accidente cerebrovascular istrémico; comparado con los 758 de 11.157 personas (6.8%). No se observó ninguna relación con derrames sanguíneos.
“Medir la hipotensión ortostática en personas de mediana edad puede ser una nueva manera de identificar a las personas que necesiten un control cuidadoso de demencia o derrames cerebrales”, afirma Rawlings. “Son necesarios más estudios que esclarezcan la causa de esta relación, así como investigar nuevas estrategias de prevención”.
Fuente: Muy Interesante
OS
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