Al menos 18 palestinos resultaron heridos el jueves en la ciudad de Gaza por un ataque del ejército israelí, que reanudó su ofensiva tras una pausa de algunas horas en las hostilidades.
El movimiento islamista Hamas, que dirige la Franja de Gaza, y sus aliados, habían decidido cesar el fuego este jueves tras una lluvia de cohetes contra Israel, cuya dura respuesta aérea contra decenas de blancos hacía temer una confrontación abierta en el territorio.
Por la tarde se instaló una breve calma en el territorio, que terminó con la caída de un cohete palestino cerca de Beersheva, a unos 40 km de Gaza.
Aunque no se sabía si este acto antecedía a un nuevo intercambio de fuerzas, la amenaza de una cuarta guerra en la Franja de Gaza desde 2008 sigue viva. Los resultados de las discusiones indirectas entre Israel y Hamas con mediación de Egipto y de la ONU para evitar esta eventualidad y establecer una tregua duradera es más incierta que nunca.
Reunido a instancias del primer ministro israelí, el gabinete de seguridad -un equipo que examina las cuestiones más estratégicas- "ordenó al ejército que siga actuando con fuerza" contra los grupos armados palestinos, según un comunicado emitido el jueves por la noche.
El artefacto que impactó cerca de Beersheva no provocó daños ni víctimas, pero parecía una advertencia a Israel. Según medios israelíes, es la primera vez desde la guerra de 2014 en la que se lanza un cohete tan en el interior del territorio del Estado hebreo, en lugar de en las proximidades de Gaza.
En una aparente represalia, testigos palestinos hablaron de tres nuevos ataques israelíes al final de la tarde.
No se informó de ninguna víctima, pero el centro de la ciudad de Gaza se vio sacudido más tarde por una fuerte explosión.
Al menos 18 palestinos resultaron heridos por lo que el ministerio gazatí de Salud presentó como un ataque israelí, que golpeó un edificio que aloja entre otras cosas un centro cultural, indicó un periodista de la AFP.
El Centro Cultural Said Meshal confirmó en su página de Facebook que sus oficinas de la ciudad de Gaza quedaron destruidas y señaló que el edificio también alojaba las oficinas de la comunidad egipcia en Gaza.
Antes de que se anunciara la interrupción de los ataques, entre el miércoles por la tarde y el jueves por la mañana cayeron en territorio de Israel más de 180 cohetes y obuses de mortero procedentes de la Franja de Gaza, a los que la aviación israelí respondió bombardeando más de 150 instalaciones militares de Hamas, según cifras del ejército israelí.
Tres palestinos murieron en estos bombardeos israelíes, según los servicios de salud de Gaza.
Una mujer embarazada, Enas Jamash, de 23 años, y su hija Bayan, de 18 meses, perdieron la vida en un bombardeo que alcanzó Jafarawi, en el centro de Gaza, informaron los servicios de emergencia gazatíes.
El tercer palestino muerto fue identificado por Hamas como Ali Ghandur, un miembro de la rama armada del movimiento.
Tensiones exacerbadas
La mayoría de los cohetes palestinos cayeron en zonas deshabitadas de Israel y más de 30 fueron interceptados por los sistemas antimisiles israelíes, indicó el ejército. Pero algunos cayeron en la ciudad israelí de Sderot, según la policía y el ejército.
Una tailandesa de unos 30 años fue alcanzada en el vientre el jueves por la mañana y "su vida está en peligro", afirmó Yohanan Paizer, director del hospital de Beersheva.
Otras tres personas resultaron heridas por esquirlas, precisaron los servicios de emergencia.
"Estoy profundamente alarmado por la escalada de violencia entre Gaza e Israel, y en especial por los numerosos cohetes lanzados hoy hacia una localidad del sur de Israel", declaró en un comunicado el enviado especial de la ONU, Nickolay Mladenov, que hizo un llamado a la moderación.
Israel y Hamas mantienen desde la guerra de 2014 un muy tenso alto el fuego, que con regularidad se ve puesto a prueba por actos hostiles a ambos lados de la valla fronteriza israelí que cierra herméticamente la frontera.
El 30 de marzo comenzó una serie de manifestaciones masivas contra el bloqueo israelí y para exigir el derecho de retorno de los palestinos que fueron expulsados de sus tierras con la creación de Israel, en 1948.
Las tensiones se vieron exacerbadas por el traslado, el 14 de mayo, de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. Esta decisión, que rompió con décadas de consenso internacional, coincidió con un baño de sangre en el que más de 60 palestinos murieron a lo largo de la valla fronteriza.
Desde el 30 de marzo, el fuego israelí ha acabado con la vida de al menos 165 gazatíes. Un soldado israelí también murió en esos enfrentamientos el 20 de julio, por primera vez desde 2014. AFP / RA
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