La muerte de 38.658 personas en Estados Unidos a lo largo del año 2016 como consecuencia del uso de armas de fuego sitúa al país ante una crisis de derechos humanos, de acuerdo con un informe publicado hoy por la organización Amnistía Internacional (AI).
"Estados Unidos está fallando en su obligación de proteger y promover los derechos humanos reflejados en la legislación internacional", denunció AI en el documento, titulado "En la línea de fuego. Derechos humanos y la crisis de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos".
Según los datos recopilados por el grupo relativos al año 2016, Estados Unidos está a la cabeza de los países industrializados en número de muertes por este motivo, tanto en cifras per cápita como absolutas.
De media, se registraron 106 fallecimientos diarios en suelo estadounidense por el uso de armamento de fuego.
Del total 38.658 muertes, 22.938 fueron suicidios y 14.415, homicidios, mientras que el resto fueron clasificadas como accidentes (495), intervenciones legales (510) y casos indeterminados (300).
Asimismo, AI aseguró que un total de 116.000 personas resultaron heridas en todo el país por disparos, lo que arroja un cómputo diario de 317 heridos, que lograron sobrevivir "al menos el tiempo suficiente para ser trasladados al hospital".
El informe muestra también que 1.637 menores perdieron la vida a causa de las armas de fuego, de los que 862 fueron víctimas de un homicidio y 633 fueron registrados como suicidios.
"Esto se debe, al menos en parte, al hecho de que unos 4,6 millones de niños viven en domicilios con armas cargadas y sin el seguro puesto", argumentó AI.
La organización denunció, además, que este tipo de violencia tiene un marcado cariz racial puesto que, a pesar de representar apenas al 13 % de la población estadounidense, los afroamericanos sufrieron el 58,5 % de los homicidios documentados.
Por este motivo, lamentó AI, un hombre de raza negra de entre 15 y 34 años de edad tiene hasta 20 veces más probabilidades de morir asesinado por un disparo que un blanco de esa misma edad.
"El disparatado impacto de la violencia con armas de fuego en comunidades urbanas de color suscita serias preocupaciones sobre la protección de derechos humanos, incluido el derecho a la vida, el de la seguridad del individuo, el de la libertad ante la discriminación y el de una protección igual ante la ley", sostiene el informe.
AI señaló a la legislación del país, donde muchos de sus ciudadanos consideran la posesión de una arma de fuego como un derecho inalienable, como una de las principales causantes del problema.
El texto defiende que los 50 estados del país y el Distrito de Columbia permiten, de una u otra manera, portar una arma en público. Asimismo, hasta 30 estados permiten llevar armamento a la vista en público sin ningún tipo de licencia o permiso.
A nivel federal, criticó AI, el Gobierno de Estados Unidos no cuenta con un mecanismo para la confiscación o entrega de armas de fuego ni siquiera cuando un juez ordena su incautación.
Las leyes federales, además, no requieren que se haga un control de antecedentes en cada
adquisición de un arma, por lo que, de acuerdo al estudio, un 22 % de este tipo de transacción no contempla este tipo de comprobaciones.
"Debido al elevado número de armas en circulación y de la falta de una regulación adecuada, Amnistía Internacional recomienda que Estados Unidos tome una serie de medidas: licencia, registro y restricción de ciertas armas, más seguridad en el almacén de existencias y el desarrollo de políticas e investigaciones", concluye el documento. EFE
ST
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