El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió este jueves que su país no se quedaría callado en el caso del periodista saudita desaparecido Jamal Khashoggi, mientras su homólogo estadounidense, Donald Trump, seguía pidiendo explicaciones a Riad.
El periodista crítico con el poder saudita no ha dado señales de vida desde que el 2 de octubre entró en el consulado de su país en Estambul para obtener un documento relacionado con su próximo matrimonio con una mujer turca.
Trump señaló este jueves que investigadores estadounidenses trabajaban junto a Turquía y Arabia Saudita en el caso, pero fuentes diplomáticas turcas desmintieron poco después cualquier participación de Washington en las investigaciones.
Por el momento, las presiones estadounidenses consisten solamente en pedir explicaciones a Arabia Saudita, aliado tradicional de Estados Unidos con el que la administración Trump ha estrechado aún más los vínculos. La Casa Blanca y el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, se entrevistaron con el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.
Washington también pidió al embajador saudita, de regreso a su país, "que traiga informaciones al volver a Estados Unidos", dijo la portavoz de la diplomacia estadounidense, Heather Nauert.
Trump descartó, sin embargo, una suspensión de las ventas de armas estadounidense a Arabia Saudita como sanción.
Los sauditas "gastan 110.000 millones de dólares en material militar y en cosas que crean empleos (...) en este país", declaró el presidente estadounidense desde la Casa Blanca. "No me gusta la idea de poner fin a una inversión de 110.000 millones de dólares en Estados Unidos", que podrían "gastar en Rusia o en China".
"Si esto resulta ser tan malo como parece, habrá seguramente otras formas de gestionar la situación", añadió.
"Mosquito"
Trump afronta, no obstante, una creciente presión del Congreso estadounidense, donde influyentes senadores de su propio bando republicano se muestran críticos con el reino saudita y aseguran que pueden bloquear las ventas de armas si se confirman las peores sospechas sobre el periodista desaparecido.
The Washington Post, con el que colaboraba Khashoggi, afirmó que los servicios de inteligencia estadounidenses tenían información de un plan saudita, que implicaba a Mohamed Bin Salmán y que consistía en tenderle una trampa para detenerlo. Una afirmación desmentida por el departamento de Estado en Washington.
Según el mismo diario, Ankara aseguró a Washington que tenía grabaciones de audio y de vídeo en las que se veía cómo el periodista había sido "interrogado, torturado y matado" en el interior del consulado, antes de que su cuerpo fuera descuartizado.
La AFP no pudo comprobar esas informaciones y no logró contactar con los responsables del departamento de Estado para obtener sus declaraciones al respecto.
En Turquía, varios medios difundieron imágenes de las cámaras de seguridad filmadas afuera del consulado, que muestran al periodista entrar y luego varios vehículos que entran y salen, pero los sauditas sostienen que las cámaras del consulado no estaban funcionando ese día.
El presidente Erdogan se mostró escéptico en declaraciones divulgadas este jueves en las cuales afirmó que Arabia Saudita tiene los sistemas de videovigilancia "más avanzados".
"Si sale un mosquito (del consulado), sus sistemas de cámaras lo van a interceptar", dijo a periodistas a bordo del avión que lo trasladaba después de una visita en Budapest.
"Este incidente se desarrolló en nuestro país. No podemos quedarnos callados", agregó.
Jamal Khashoggi se exilió en 2017 a Estados Unidos, después de haber caído en desgracia en el entorno de Mohamed bin Salmán.
Después que el diario oficialista turco Sabah divulgó el miércoles el nombre, la edad y las fotografías de 15 hombres presentados como el "equipo de asesinato" enviado por Riad, los medios y cuentas en las redes sociales pudieron identificar a gran número de ellos como agentes de los servicios de seguridad o cercanos del príncipe heredero. AFP / RA
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