Los funcionarios griegos realizan hoy una huelga de 24 horas para exigir incrementos de salarios y de pensiones, así como nuevas contrataciones, con el objetivo de aliviar el impacto económico y social de los ocho años bajo la batuta de los acreedores.
A la huelga, convocada por el sindicato del sector público, Adedy, se sumaron, además de los organismos del Estado y municipales, los hospitales públicos, que ofrecen solo servicios mínimos, así como los maestros.
Pese a todo, muchos centros de enseñanza han funcionado con total normalidad, ya que han sido pocos los profesores que han decidido secundar el paro.
El sindicato del sector privado GSEE no se ha sumado a esta huelga y ha convocado un paro de 24 horas para el 28 de noviembre.
Como consecuencia, los medios de transporte, la industria, el sector bancario y los comercios, adscritos a GSEE, funcionan con normalidad.
Tan solo algunos pequeños sindicatos, fundamentalmente del sector de la construcción, atendieron la llamada del comunista PAME y se sumaron a la protesta.
"Los ingresos de los funcionarios han sufrido recortes de hasta un 40 %, y seguirán bajando a causa del aumento del peso impositivo impuesto por este Gobierno", destacó Adedy en un comunicado.
Entre las reivindicaciones de Adedy están los aumentos salariales, la revocación de la reforma de pensiones de 2016 y contrataciones de personal permanente en el sector público.
La huelga estuvo acompañada por manifestaciones en el centro de Atenas y de otras ciudades, que contaron con una participación menor a la habitual.
EFE / RA
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