El apagón vivido por Venezuela deja en evidencia una degradación social/económica que va a tener efectos difíciles de superar en el corto plazo por el contexto actual que vive el país.
La idea de este análisis es reflejar los impactos en la demanda y oferta que esperamos para marzo y sus consecuencias principales tanto en el precio del dólar, así como en la inflación, proyecciones que cambian sustancialmente en comparación al contexto previo en el cual no se tomaba en cuenta una crisis eléctrica con las dimensiones transitadas recientemente.
Sin dudas la destrucción de oferta y demanda que traerá consigo esta crisis será de las peores de los últimos seis años, con graves efectos sobre las cadenas de producción, distribución, servicios de transporte, salud y el sistema de pagos.
Ya empezamos a ver cifras puntuales como las reflejadas por Empresas Polar tras los saqueos en el estado Zulia, los cuales ascienden a 18.600 millones de bolívares (5,6 millones de dólares a la tasa Dicom).
Desde el mes de febrero nuestros clientes nos reportan más caídas en la demanda de sus productos como consecuencia de la grave hiperinflación y contracción de la economía. Anticipamos que este escenario se intensifique en los próximos dos meses como consecuencia del apagón. El quiebre de consumo está llegando para muchos bienes de la economía, lo cual implica que sus precios no pueden seguir subiendo simplemente porque la demanda ya es mínima.
A su vez, en las próximas semanas la disminución de los inventarios y la escasa capacidad de reponerlos son señales de un recrudecimiento de la escasez por venir.
Fuente: bancaynegocios
YS
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