El último dirigente en el poder desde la era soviética, el kazajo Nursultán Nazarbáyev, presentó hoy su dimisión como presidente de la mayor república de Asia Central, un país con ingentes recursos naturales pretendidos por Occidente, China y Rusia.
"He tomado la decisión de poner fin al ejercicio de mis facultades como presidente. Este año se cumplirán 30 años desde que ostento este alto cargo. El pueblo me dio la oportunidad de ser el primer presidente del Kazajistán independiente", declaró Nazarbáyev en un mensaje a la nación emitido por la televisión kazaja.
Un año antes de que expirara su último mandato, Nazarbáyev sorprendió a sus conciudadanos con una renuncia que abrirá muy probablemente un período de transición política en el país bañado por el mar Caspio.
Los rostros en las calles de la capital, Astaná, eran de incredulidad y resignación, ya que la población teme que ahora se desate una lucha por el poder entre los clanes dirigentes.
A sus 78 años, Nazarbáyev ya había dado señales de agotamiento, no en vano llegó al poder de la república soviética de Kazajistán en 1989 y, una vez proclamada la independencia de la URSS en 1991, asumió la presidencia.
Con todo, al estilo del dirigente chino Deng Xiaoping, no soltará del todo las riendas del país, ya que ejercerá como jefe del Consejo de Seguridad -un órgano consultivo- y líder del partido oficialista Nur Otan.
"Seguiré con ustedes", aseguró el que fuera nombrado "líder de la nación" ("Elbasi") con inmunidad vitalicia, por lo que no puede ser detenido ni procesado por actos cometidos en activo o una vez deje el poder.
En opinión del politólogo Dosim Satpáev, el líder kazajo tenía muy presente lo ocurrido en la vecina Uzbekistán con la muerte en 2016 del presidente del país, Islam Karímov, que debilitó a su familia y su legado.
"Se fue, pero se queda. Con su renuncia, el cargo de presidente se ha vuelto de repente secundario, ya que por encima de él está ahora el "líder de la nación" y el vitalicio presidente del Consejo de Seguridad", comentó en su cuenta de la red social Facebook.
Nazarbáyev, al que la Constitución permitía presentarse a la reelección las veces que quisiera, cedió el cargo al presidente del Senado, Kazim-Zhomart Tokáyev, de 65 años, en línea con lo que estipula la Constitución vigente, tras lo que adelantó que "después habrá elecciones presidenciales".
"Ha trabajado conmigo desde los primeros días de la independencia de Kazajistán. Creo que Tokáyev es justo la persona a la que podemos confiar la gestión de Kazajistán. Es un hombre honesto, responsable y cumplidor", comentó.
Además de recordar que fue ministro de Exteriores, primer ministro e incluso vicesecretario general de la ONU, destacó que el nuevo hombre fuerte de Kazajistán habla "fluidamente" inglés y chino.
Y es que Tokáyev, que estudió Relaciones Internacionales en Moscú, como todo alto diplomático soviético, ha contribuido a forjar una relación privilegiada con China, país al que Kazajistán suministra gran parte del gas que extrae y que ha invertido decenas de miles de millones de dólares en la economía kazaja.
Es por eso que Occidente temía tanto el día en que Nazarbáyev abandonara el poder, ya que es el garante de una política exterior equilibrada entre este y oeste, motivo por el que es el mandatario más respetado de todo el espacio postsoviético.
Sin contar los primeros años en los que tuvo que trasladar su capital hasta Astaná, ya que el norte del país está habitado mayoritariamente por rusos, ha mantenido unas estrechas relaciones con el jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
De hecho, nada más conocerse hoy la noticia, Putin le llamó por teléfono, según informó el Kremlin.
Eso sí, Nazarbáyev nunca llegó a reconocer la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea y ha atraído a numerosos inversores occidentales, lo que le granjeó los apoyos necesarios para acoger la Exposición Universal 2014.
Aunque la oposición kazaja es muy poco representativa, es uno de los pocos dirigentes de la zona que no tiene las manos manchadas de sangre, por lo que siempre ha contado con el respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea.
Según la Constitución, las elecciones presidenciales se celebrarán dentro de un año y los analistas no descartan que Tokáyev presente su candidatura ante la falta de un heredero definido para Nazarbáyev.
Casi todos los kazajos coinciden en que Tokáyev es una figura de compromiso que cuenta con el visto bueno de las grandes potencias, lo que permitirá a Nazarbáyev garantizar la estabilidad durante el traspaso de poder.
EFE / RA
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