La cabeza amordazada de un joven de aproximadamente 16 años, fue hallada este martes en el sector El Hueco ubicado en Francisco de Miranda, San Félix.
La identificación del occiso no fue revelada.
Solo se supo que era conocido como el Lalo y, aparentemente, era uno de los que ha mantenido en jaque a los residentes.
Además, se dijo que formaba parte de una banda delictiva que opera en la comunidad liderada por dos sujetos apodados Chilindrina y Apretadito.
Efectivos de seguridad buscan el resto del cuerpo.
Miedo a hablar
Sobre el hecho existe mucho hermetismo.
Mientras que fuentes oficiales informaron que, al parecer, solo se trataba de un ahorcado, desde el sector dijeron que la cabeza estaba enterrada con un “trapo en la boca”.
Aparentemente, fueron los animales que rondan la zona que la desenterraron.
Por otro lado, uno de los habitantes que prefirió mantenerse en el anonimato, mencionó que fueron los mismos allegados de el Lalo que dieron con la cabeza.
Según el relato, llevaba varios días desaparecido, razón por la que sus parientes comenzaron a buscarlo por cuenta propia.
La noticia del hallazgo mantuvo consternados a los residentes, quienes viven atemorizados ante la ola de violencia desatado en el lugar.
Familiares de la víctima no han querido emitir ni una palabra con respecto a lo acontecido.
Supuestamente, estos conocían en qué malos pasos andaba el Lalo, por lo que ya sospechaban que lo encontrarían muerto.
Por otro lado, se rumoró entre los habitantes sobre otra cabeza localizada, así como el posible hallazgo de un nuevo cadáver, pero esta información no fue corroborada por los entes oficiales.
Suman tres
Otros dos jóvenes fueron asesinados en la mismo lugar donde fue hallada la cabeza de el Lalo.
A uno de ellos le decían Ojos tristes y fue encontrado el sábado 17 de marzo junto al de Wilmer Rafael Salazar, de 23 años.
Dolientes de Wilmer Salazar, también residentes de Francisco de Miranda, mencionaron que no “estaba en buenos pasos, por lo que al no saber de su paradero ya temían que lo iban a encontrar muerto”.
Su sospechas fueron verificadas cuando les informaron sobre el hallazgo.
Aunque autoridades refirieron que se trataba de hechos aislados, la comunidad mencionó que todos los casos están relacionados.
Contaron que supuestamente el trío había tenido un altercado líderes de la misma banda a la que pertenecían, lo que provocó que los asesinaran sin piedad.
Tanto Ojos tristes como a Wilmer los habrían golpeado “hasta dejarlos destrozados”.
Riñas por el control
Habitantes reseñaron que las riñas entre delincuentes son comunes por el control total del barrio.
Aseguraron que estos se encargan de cobrar vacunas en los negocios, así como a los vendedores informales que se encuentran en la avenida principal.
Dijeron que supuestamente, desde la muerte de Yordi José Aurea Manzano, alias el Yordi, nuevos grupos delictivos se están conformando, en su mayoría, por adolescentes.
Uno a uno ha caído
Desde hace mucho tiempo, el sector fue tomado por grupos armados. Pero uno a uno ha ido cayendo.
El cabecilla era el Yordi, quien falleció en febrero en Sucre, durante una confrontación con funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc subdelegación Guayana, que rastrearon sus pasos.
Además, encabezaba la lista de los diez más buscados por el órgano detectivesco.
Luego de el Yordi, el control de la zona quedaría en manos de el Bebé. Pero su reinado no duró mucho, pues falleció pocos días después.
Fue abatido por funcionarios de la Policía Municipal de Caroní (PMC) también en febrero.
Señalado por muerte de policía
El Bebé era señalado por los mismos habitantes como un azote.
También se corrió el rumor que había desaparecido por algún tiempo del sitio, pues lo señalaban de ser el responsable de la muerte de Osman José Castillo Granado, de 26 años, quien residía en la casa 26 de la calle que ahora es conocida como El Hueco.
Para ese entonces, Osman Castillo era funcionario activo de la PMC, adscrito al centro de coordinación Chirica.
Fue asesinado el 23 de marzo del 2018 por cuatro sujetos que lo interceptaron cuando iba llegando a su casa, luego de haber visitado a su novia.
Por este caso, se dijo que el Bebé era uno de los involucrados.
Al parecer, Castillo había recibido amenazas por grupos delictivos que pretendían apoderarse de Francisco de Miranda.
Se dijo que le repetían que “se mudara porque no querían la presencia de policías en el sector”.
Castillo recibió más de 10 balazos, la mayoría en la cara. También fue despojado de su arma de reglamento.
Luego, los culpables del asesinato del funcionario arremetieron contra su familia, quienes se vieron en la obligación de abandonar su vivienda por las constantes amenazas.
“Si no se retiraban iban a correr con la misma suerte”, eran las advertencias.
“Vertedero de cadáveres”
Residentes de Francisco de Miranda están atemorizados.
Dijeron que después de las 6:00 de la tarde es imposible caminar por las calles, pues corren el riesgo de ser asaltados o asesinados.
Dijeron que el sector llamado El Hueco o La Antena, el cual queda a orillas de una cárcava, se ha convertido en “vertedero de cadáveres”.
Comentaron que de hacer una requisa a profundidad podrían encontrar más restos humanos.
A ello se le suma la oscuridad que impera en el lugar, propicio para las fechorías.
Muchos aseguran que por seguridad, no se atreven a caminar por esa zona.
Las miradas de miedos son notables en cada uno de los que habitan Francisco de Miranda.
Su voz temblorosa y sus sobresaltos ante cualquier ruido de motocicleta o por la presencia de desconocidos, son características más visibles.
Aún así dicen que no se mudan del lugar por no tener a dónde recurrir.
Supuesta detención
Se conoció de manera extraoficial que aparentemente agentes del Cicpc habían detenido a uno de los responsables de la muerte de El Lalo; no obstante, autoridades lo desmintieron.
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