Los recitadores del Corán empiezan desde muy jóvenes a aprender la correcta entonación de la lectura del libro sagrado del islam, una misión a la que muchos dedican su vida, y que se evalúa en concursos nacionales e internacionales.
El iraní Mahdi Gholamneyad comenzó a recitar el Corán a los 12 años. Tres años después, participó en su primer concurso estudiantil y, con 16, ya entró en la categoría de adultos y acudió a una competición internacional.
"A lo largo del año le dedico entre tres y cuatro horas cada dos días pero, cuando nos acercamos al concurso, practico diariamente al menos dos horas", explicó a Efe Gholamneyad, quien tiene ahora 33 años.
Tras lograr puntuar en concursos internacionales en Rusia, Kuwait y Turquía, Gholamneyad quedó segundo en el apartado de lectura de la 36 edición del Concurso Internacional del Corán de Teherán, que se celebró en la capital iraní durante los últimos cinco días en un ambiente solemne a la par que competitivo.
Procedentes en su mayoría de países árabes, asiáticos y africanos, aunque también hubo algún europeo, los participantes mostraron sus habilidades para recitar y memoriza el libro sagrado en el gran complejo religioso de Mosala.
Uno de ellos, el joven sudafricano Abdulá Taliep, no ocultaba su admiración por los recitadores más experimentados y su entusiasmo por formar parte de una competición de tanto nivel.
"Pensé que era una buena oportunidad para mí porque nunca había participado en una competición internacional, solo lo he hecho locales y nacionales", contó a Efe Taliep, mientras escuchaba recitar a los finalistas del concurso.
El sudafricano empezó a estudiar esta materia con 13 años en Ciudad del Cabo, de donde es originario, y completó la formación un lustro después, lo que consideró "un gran reto".
Aunque en Sudáfrica la principal religión es el cristianismo y los musulmanes son una minoría, Taliep aseguró que nunca ha tenido problemas y que en Ciudad del Cabo hay numerosas mezquitas con escuelas para dedicarse a recitar y memorizar el Corán.
El libro sagrado está escrito en árabe clásico y es en ese idioma en el que ha de ser leído y recitado, lo que plantea un desafío extra para aquellos con otra lengua materna, como Gholamneyad y Taliep.
Gholamneyad reconoció que "hay diferencia a nivel del acento del lenguaje" entre aquellos para los que el árabe no es su lengua materna, y señaló que en Irán siguen normalmente "el modo de recitar de los egipcios".
Sin embargo, esto no impidió que en el concurso de Teherán hayan participado un total de 637 personas, entre hombres y mujeres, procedentes de 84 países.
El clérigo iraní Ali Moghaní, uno de los organizadores, explicó a Efe que en esta edición realizaron "una serie de cambios" para casi triplicar el número de participantes respecto al año anterior.
Hubo una etapa preliminar en la que los recitadores enviaron sus vídeos para ser evaluados por un jurado, que seleccionó a 184 de ellos de 62 países para la semifinal.
A la ronda final llegaron cinco de cada sección de la competición, que evalúa por un lado la lectura del Corán y, por otro, su memorización, y divide a los participantes en distintos grupos, según sean estudiantes, hombres adultos o ciegos, indicó Moghaní.
También hubo un concurso de mujeres, que se desarrolló por separado en un hotel, ya que según las normas morales estas solo pueden recitar el Corán ante un público femenino.
Para el clérigoiraní, lo importante a la hora de evaluar el nivel de los participantes es "la técnica, la entonación y la pronunciación" y, aunque los no árabes pueden estar en desventaja, Moghaní destacó que "el Corán es un lenguaje común entre los musulmanes".
EFE / RA
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