La Guardia Nacional de México comenzó a instalarse este viernes en la fronteriza ciudad de Tijuana como parte del plan para desplegar 15.000 agentes en la frontera con Estados Unidos en medio de temores y reticencias de los migrantes.
Aunque la instalación del nuevo cuerpo de seguridad mexicano arrancó este día, será el 1 de julio, próximo lunes, cuando inicie sus operativos, para reducir la inseguridad y flujo de migrantes en ciudad.
Tijuana es el destino donde arriban, residen y esperan miles de migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos.
"Este día llegarán 500 elementos a Baja California, algunos ya están operando en áreas como El Centinela (Mexicali, capital del Estado)", dijo el representante de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de México en Baja California, Isaías Bertín Sandoval.
El representante federal señaló a Efe que los operativos darán inicio la próxima semana y el 30 de junio se dará un "banderazo" de arranque por parte del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Además, negó que la Guardia Nacional este destinada para trabajos de migración, ya que, dijo, desde antes que detonaran los problemas por el flujo migratorio en Tijuana ya se había propuesto para reforzar la seguridad publica en el país.
Ante la llegada de los agentes y el inicio de los operativos, los migrantes, en su mayoría centroamericanos, comienzan a sentir el temor de encontrarse con las autoridades mexicanas al salir a la calle y no contar con la documentación solicitada, pues muchos ya no quieren regresar a su lugar de origen por el riesgo al que están expuestos.
Es el caso de una mujer guatemalteca, quien hace unos meses huyó de su país al ser acosada y perseguida por un hombre que, según contó, busca matarla junto con sus cuatro hijos y la mantiene amenazada a través de personas presuntamente dedicadas al crimen organizado.
La mujer centroamericana, de nombre Cristina, contó a Efe que tiene un par de meses en Tijuana, donde ha sufrido abusos incluso de la Policía Municipal ya que les han quitado dinero a ella y muchos otros extranjeros por el simple hecho de ser migrantes.
Ella trabaja actualmente como empleada de una mujer mexicana en un puesto (comercio) ambulante de comida ubicado a unos metros de del albergue en donde vive con sus hijos, el cual se ubica en la zona sur de la ciudad.
"Los policías nos piden dinero, nos intimidan porque no cargamos ningún papel de México; tenemos miedo porque sinceramente nos salimos de nuestro país buscando un lugar para nuestros hijos", comentó.
EFE / MV
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