No hay que retroceder mucho en el tiempo para recordar cuando los locales comerciales de los ‘malls’ en Maracaibo, la capital del petrolera estado Zulia, ofrecían a sus visitantes una variedad de pujantes negocios, con vitrinas iluminadas, desbordadas de mercancías a la vista.
A casi 15 años de su inauguración, el Sambil Maracaibo (la sede en la capital zuliana de la cadena nacional de centros comerciales que se ha expandido a República Dominicana, Curazao y España) vivió el peor momento de su historia cuando, durante el apagón nacional del pasado 7 de marzo, una oleada de saqueos vandalizó múltiples establecimientos, arrojando significativas pérdidas.
Transcurridos casi cuatro meses de los lamentables eventos, en los que 105 de 270 locales que comprenden el Sambil fueron destrozados y robados, el centro comercial muestra una cara optimista, a pesar de tener 32 locales inoperativos en planta baja, y unos 12 en primer piso.
Entre el desafortunado saldo destacan dos librerías y papelerías que caracterizaban al variado grupo de rubros que abarca el mall. También peluquerías, agencias de viajes, locales de tecnología y una gran cantidad de tiendas de ropa, en su mayoría, pusieron pausa a sus ventas.
Sin embargo, los pisos no pierden lustro, y por el contrario, brillan entre el caminar de los zulianos que siguen visitando el importante punto comercial. A pesar de las perturbaciones eléctricas, la climatización sigue siendo óptima, estimulando la tranquilidad para hacer compras y diligencias en el mall.
Algunos establecimientos, por su parte, lograron recuperarse de la tragedia ocurrida en marzo. El ritmo de las ventas es escaso hasta el mediodía, aseguran gerentes y trabajadores de varios locales, pero se acelera en la tarde.
En contraste con muchas vidrieras que no muestran más que puertas cerradas y papeles que ocultan el vacío de sus inventarios, otros comercios siguen ofreciendo sus mercancías y servicios, como acto de valentía y resilencia, entre descuentos y ofertas que buscan “cazar” clientes.
Una tienda de ropa, en el segundo nivel del mall, se mantenía a oscuras entre el resto: no tenía electricidad por un problema técnico de conexión. Al ser consultado, un encargado precisó que, además de estar sin electricidad, estaban también sin sistema de manera permanente hasta nuevo aviso, luego que los continuos bajones dañaran los equipos de administración y facturación.
Recientemente, Juan Carlos Koch, el gerente general del Sambil Maracaibo, y también presidente del Comité de Centros Comerciales de la Cámara de Comercio de Maracaibo (CCM), apuntó que cuentan con una capacidad de autogeneración eléctrica de 3 megavatios, que, durante los apagones, es capaz de soportar toda la operación de los negocios y el 50% del aire acondicionado.
Sobre la afectación eléctrica, Koch afirmó que se ha trabajado por más de 48 días con suministro permanente de electricidad.
Conocido como referencia de visitas familiares cada domingo, Lago Mall se mantiene en la batalla por seguir a flote a pesar de las dificultades, ya no solo económicas sino también de carácter energético.
En sus distintos niveles la vida de muchos negocios, con años de trayectoria, se esfumó. Buena parte de los que dijeron adiós a este, en otrora concurrido, mall mantenían ventas de ropa, calzado, bolsos, perfumería; mientras que otros abarcaban otras ramas como salones de belleza, tiendas de diseñadores y de tecnología.
En el nivel 2, una docena de comerciantes entregó los alquileres, un piso más arriba, más de 16 locales dejaron de operar con los registros comerciales acostumbrados.
Mientras tanto, una tendencia se ha popularizado entre las vidrieras de las tiendas, mayormente de ropa y calzado: ofrecer descuentos como anzuelo para levantar sus ingresos. “Liquidación total” y “50% menos de descuento” se lee en numerosas vitrinas, pero no significan una clausura, sino más bien un mecanismo de supervivencia en tiempos de crisis.
Al oeste de la ciudad, Galerías Mall se ha convertido en un cementerio de establecimientos “apagados”. En cualquiera de sus pisos, una seguidilla de locales “dormidos” no entran en funcionamiento hasta después de las 2:00 pm, cuando usualmente regresa la electricidad.
Aunque los comerciantes están prestos a abrir sus puertas en horario normal, los racionamientos diarios trajeron consigo una especie de modificación al esquema de ventas, hasta tanto se concluye un proyecto de autogeneración que desarrolla la gerencia del mall.
Entre “santamarías” abajo por falta de electricidad y clausuras de actividades económicas por pérdidas y complicaciones con la luz, en una mañana cualquiera pasan de 40 los establecimientos inoperativos.
Las entidades financieras con sede en este “grande” del comercio y de la tradición marabina, presentan una complicación operativa, por la particularidad de sus horarios de atención al cliente, que se extienden solo hasta las 3:00pm.
En otros casos, cierran las puertas hasta nuevo aviso. El Banco Mercantil es un ejemplo: no opera desde hace un mes.
En algunos “días buenos”, el fluido eléctrico llega antes, en horas de la mañana, y muchos aprovechan para ponerse a la orden de posibles compradores. Pero el flujo de asistentes baja considerablemente a tempranas horas, a sabiendas de los problemas energéticos.
En el caso del Doral Mall, algunas zonas se mantienen en un clima cálido, puesto que, según refirieron comerciantes, los aires acondicionados funcionan según sectores de la edificación. Esto, más las constantes fallas eléctricas, han motivado al cierre de múltiples locales.
Un buen ejemplo de ello son los locales ubicados en su primera planta, situados debajo del cine del mall. Al adentrarse en los pasillos, se aprecia un escenario tétrico: espacio tras espacio sin vida comercial.
En toda la primera planta del Doral Mall hay más de 33 negocios vacíos en planta baja, otros 22 distribuidos frente a la feria de la comida. Vendedores explicaron a este medio que muchos de quienes están ausentes tuvieron que mudar sus comercios a otros sitios hasta que se estabilice el tema eléctrico en el centro comercial, mientras que otros dieron fin al alquiler por las pérdidas que acumulaban en esas condiciones.
Del Doral Mall hay más de 33 negocios vacíos, solo en planta baja.
Por lo general, el racionamiento se desprende desde la mañana, hasta las 2:00 o 3:00 de la tarde. El pasado fin de semana, tuvieron un “alivio”, al contar con fluido eléctrico en dos días vitales para el comercio: viernes y sábado.
Pero a medida que se desocupan unos espacios, otros comerciantes los rentan, dijeron trabajadores de algunas tiendas, lo que ha contrarrestado un poco la deserción.
Lo que más rechazaron los vendedores son las constantes fluctuaciones que durante las jornadas interrumpen las actividades, ponen en riesgo los ingresos de los comercios, y arrecian el calor, por la falta de permanente climatización.
Cinex no opera desde hace mes y medio, restándole atractivo familiar al mall. Según explican trabajadores, hubo un incidente en la cocina del cine, que terminó en una explosión que averió el funcionamiento de una de las más importantes fuentes de afluencia. Trabajan para reactivarlo.
Fuente: Panorama / EB
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