Hoy es el día más corto y la noche más larga. Es lo que se conoce como Solsticio de Invierno, lo cual es motivo de diversos rituales. Uno de ellos es recibir el Espíritu de la Navidad.
Desde que el mundo es mundo ha existido un día más corto y una noche más larga. Eso se debe a la posición del sol en relación a la tierra. Es lo que se conoce como solsticio de invierno, es el final del otoño.
La entrada de la nueva estación era celebrada antes del nacimiento de Jesús en los países árticos de Europa porque era el renacer de la naturaleza. Convencionalmente comienza el invierno en la mayoría de los países del Mundo.
Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el solsticio de invierno adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Posteriormente, con la evangelización de esos pueblos, los conversos tomaron la idea del árbol, para celebrar el nacimiento de Jesús de Nazareth .
En los últimos cien años, varias iglesias cristianas han reconocido que en esta fiesta se conjugan elementos folclóricos de diversas culturas , y permiten que gran parte del folclore y las fiestas paganas locales se conjuguen dentro de la festividad.
En China, por ejemplo, celebran el dongzhi solar cuyo origen se remonta al yin y el yang, la filosofía del equilibrio y la armonía en el cosmos. Después de esta celebración, habrá días con más horas de luz natural y, por tanto, un aumento de la energía positiva que fluye.
En América, con el advenimiento de la Nueva Era, estas tradiciones y culturas han comenzado a ser rescatadas y millones de personas celebran en el presente el 21 de diciembre como el día del Espíritu de la Navidad con diferentes rituales.
Celebrar el Día del Espíritu de la Navidad es para muchos la oportunidad de reunirse en familia alrededor de una torta de navidad, donde cada uno de los presentes relata sus logros del año que concluye. Luego, se enciende una velita mientras se hacen propósitos de vida para el año venidero .
Cada quien escribe (con lápiz de grafito) en dos papeles sus deseos para el mundo, para su país, para su familia y para sí mismo. Uno de los papeles es quemado con la velita, simbolizando que en el humo que se desprende va el mensaje a los confines del Cosmos a una Conciencia Universal. El otro se guarda para hacer un balance el siguiente año.
En un algún momento, los participantes expresan agradecimiento por todo lo recibido en el año que está por finalizar.
Durante un minuto se guarda silencio mientras “baja el Espíritu de la Navidad”, el cual todos reciben con entusiasmo y alegría, aceptando así la Bendición de la Divina Providencia para seguir el camino durante el año venidero. Todo se lleva a cabo en un ambiente con aroma a mandarina, porque según la creencia, es el olor que más agrada al esperado visitante.
ERN / Informe 21
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