China continúa luchando contra reloj para contener el coronavirus, que deja ya más de 1.770 fallecidos en el país asiático, y hoy decretó como última medida de calado nuevas restricciones de movimiento a unas 24 millones de personas más en la provincia de Hubei, donde se originó el brote.
El último informe de la Comisión Nacional de Sanidad china indica que son ya 70.548 las personas contagiadas con el COVID-19, con todavía 10.644 casos graves y 2.048 nuevos positivos, de los cuales 1.933 se registraron en esta provincia del centro-este del país.
Los datos de hoy constatan un incremento de 105 muertes respecto al día anterior, 100 de las cuales se certificaron en la malparada provincia, cuyas autoridades han ordenado ampliar la cuarentena a unos 24 millones de habitantes más, a los que ha pedido que se queden en casa hasta nuevo aviso.
Desde el pasado 23 de enero, Wuhan, la capital de Hubei, permanece en cuarentena, una medida que después se extendió por otras ciudades de alrededor.
Esta nueva directiva se traducirá en el cierre efectivo de unas 200.000 comunidades rurales, en las que solo se permitirá un único punto de entrada y salida, bajo vigilancia.
Solo los residentes podrán entrar a sus pueblos, mientras que únicamente una persona de cada hogar tendrá permiso para salir de este cada tres días con el objetivo de comprar los productos imprescindibles.
Llegada incesante de médicos
Asimismo, este lunes llegaron a Wuhan 1.200 especialistas médicos militares, quienes trabajarán en un nuevo hospital que debía abrir en mayo y que ha sido modificado para tratar a unos 700 contagiados con el virus, informa la agencia estatal Xinhua.
Hasta ahora, las fuerzas armadas chinas han enviado a 4.000 profesionales de la salud a la zona más afectada.
A ellos se suman los más de 30.000 médicos trasladados allí para paliar el brote, según datos facilitados por la comisión sanitaria, de los cuales 11.000 son especialistas en cuidados intensivos.
El organismo reveló hoy que el tiempo promedio desde que un paciente presenta síntomas hasta que se le diagnostica la enfermedad es ahora de 4,95 días.
"Hemos conseguido acortar el tiempo de diagnóstico, lo que nos está permitiendo tratar a los pacientes adecuadamente, contribuyendo a mejorar las tasas de recuperación", dijo hoy una funcionaria de la comisión, Guo Yanhong, en una rueda de prensa en Pekín.
Entretanto, un equipo conjunto de expertos chinos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó hoy una serie de trabajos sobre el terreno que tiene como objetivo verificar la efectividad de las medidas tomadas para controlar el brote.
El equipo, que visitará Pekín, la provincia de Cantón y la de Sichuan, se reunió en la noche del domingo con el subdirector de la comisión, Li Bin, quien se comprometió a aceptar las sugerencias que propongan los expertos de la OMS.
El equipo colaborará en los trabajos de prevención en áreas urbanas y rurales y elaborará informes sobre el desarrollo de medicamentos y vacunas, explicó Li.
Peligra el pleno del legislativo chino
A la espera de noticias alentadoras, los ciudadanos del país se enfrentan al reto de volver a la normalidad mientras crece la preocupación entre las autoridades de que el parón provocado por la epidemia dañe seriamente a la economía del país asiático.
La actividad en las grandes ciudades como Pekín se encuentra todavía paralizada, con los locales comerciales cerrados y la gente encerrada en sus casas para evitar el contagio.
No será el único parón: el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo chino, anunció hoy que el próximo 24 de febrero celebrará una reunión para decidir si pospone su pleno anual, que debería comenzar el 5 de marzo.
Aunque no confirmó que el pleno no vaya a celebrarse en la fecha prevista, rotativos como South China Morning Post daban hoy por hecho que será así dados los riegos que conllevaría reunir a los más de 5.000 delegados que participan en la asamblea cada año.
Por otra parte, el comité anunció también que va a estudiar un proyecto de ley para prohibir el comercio ilegal de animales salvajes -ahora suspendido temporalmente- tras considerar que el origen del brote se encuentra en la mutación de un virus procedente de un animal que se vendía en un mercado de marisco de Wuhan.
Por su parte, el nuevo secretario del Partido Comunista Chino (PCCh) en Hubei, Ying Yong, hizo hoy una aparición pública para pedir que se aligere la burocracia a fin de garantizar que los especialistas puedan trabajar más rápido: "Es crucial mejorar la distribución de los recursos médicos que tenemos", ha asegurado.
Por su parte, el Banco del Pueblo de China (BPC, banco central) rebajó hoy el tipo de interés a medio plazo en 0,10 puntos básicos hasta el 3,15 %, en medio de los intentos de las autoridades del país por reducir el impacto económico
El mismo ministro de Finanzas, Liu Kun, informó de que el país ha asignado un total de 78.530 millones de yuanes (aproximadamente 11.300 millones de dólares) de fondos fiscales como medida de apoyo.
Los fondos incluyen subsidios para el personal médico e incentivos para los fabricantes de materiales de prevención.
Hasta la fecha, todos los fallecimientos menos cinco -en Taiwán, Japón, Francia, Filipinas y Hong Kong- se han producido en la China continental y, aunque una treintena de países cuentan con casos diagnosticados, China acapara en torno al 99 % de los infectados.
Los síntomas del nuevo coronavirus son en muchos casos parecidos a los de un resfriado, pero pueden venir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y disnea (dificultad para respirar). EFE
EC
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