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El COVID-19 no distingue entre raza, credo o color y menos filiación política

14 personeros políticos 13 de ellos ligados al entorno de Maduro—, 45 trabajadores de VTV, más de 160 militares, bomberos y trabajadores de la salud (estos dos últimos desestimados en las estadísticas oficiales), conforman parte de la pandemia en Venezuela.


Caracas. Desde el 13 de marzo cuando se conocieron los dos primeros casos de coronavirus en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha intentado por todos los medios arrimar la causa del contagio a un tercero. Pero lo cierto del caso es que la COVID-19 no distingue entre raza, credo ni color, y menos entre partidos políticos.

Catorce personeros políticos 13 de ellos ligados al entorno de Maduro—, 45 trabajadores de VTV, más de 160 militares, bomberos y trabajadores de la salud (estos dos últimos desestimados en las estadísticas oficiales), conforman parte de la pandemia en Venezuela.

Primero fueron los viajeros europeos, luego la gente con dinero, hace un mes el surgimiento de una nueva cepa en el Zulia, luego los migrantes señalados como «armas biológicas» o «bioterroristas». 

Hasta que el virus tocó las puertas del círculo de allegados al primer mandatario, quien ahora asoma que la propagación de la enfermedad se debe a una “invasión de coronavirus desde Colombia”, justo cuando los casos de la COVID-19 presentan un repunte importante, que ya alcanzó los 443 casos en un día.

Para junio en Venezuela había 1662 casos positivos, un mes después la cifra llegó a 6062 y en 20 días se duplicó a 12.334; y justo en ese lapso se han notificado los casos de contagio en la cúpula oficialista.

“Hemos logrado contener la pandemia”, dijo Nicolás Maduro el 30 de marzo.

Casos por caso

Los dos primeros casos en el oficialismo se confirmaron el 9 de julio: Omar Prieto, gobernador del Zulia, y su esposa eran pacientes sospechosos. Solo ese día la entidad ubicada al occidente del país (región con el epicentro de la pandemia) tuvo 124 casos, de los cuales 99 estaban relacionados con el foco del mercado Las Pulgas y del Casco Central. Para un total, a la fecha, de 2585 casos.

El mismo día, el segundo de a bordo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, informó a través de su cuenta en Twitter que luego de someterse a las pruebas dio positivo. Desde entonces, dijo, está aislado y en tratamiento. Su anuncio se dio un día después de la suspensión de su programa televisivo Con el Mazo Dando que se transmite por el canal del Estado, VTV.

Cabello se mueve en Caracas, la otra entidad con repunte importante: 179 nuevos casos este 20 de julio.

Un día después, el 10 de julio, el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, uno de los más cercanos al gobernante Nicolás Maduro, informó que dio positivo a un test de detección de COVID-19. No dijo si le habían practicado o no la PCR, el examen más confiable para identificar el virus.

«Hoy inicio mi aislamiento con todos los protocolos médicos luego de resultar positivo con COVID-19. Una nueva batalla que asumo aferrado a Dios y a la vida!!» (sic), escribió en Twitter.

La lista empezó a crecer con esos primeros anuncios que movieron centenares de comentarios en las redes sociales.

Horas más tarde ese 10 de julio el alcalde del municipio Cruz Salmeron Acosta, Araya (Sucre), Johnny Acosta, también entró en la lista de dirigentes con COVID-19. La confirmación la dio a conocer el gobernador de la entidad, Edwin Rojas, quien posteriormente notificó que tenía los síntomas y que junto con su esposa estaría en período de aislamiento. Para ese momento se registraban protestas por comida y gasolina en esa región oriental.

Luego el diputado por Delta Amacuro, José Antonio España, anunció que tenía el virus después de realizarse dos pruebas serológicas (rápidas) y finalmente la molecular (PCR).

En los días siguientes, a través de sus cuentas Twitter, la subsecretaria de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Carolys Hernández; los constituyentes Gerardo Márquez y Fidel Madroñero y el alcalde Amado Torres de Yaracuy, también informaron que estaban contagiados. 

Darío Vivas, jefe del gobierno del Distrito Capital, y quien en junio pasado estuvo en una jornada de desinfección en La Vega, una de las parroquias caraqueñas con alto número de casos positivos; dijo que se encontraba en aislamiento y «en manos del doctor José Gregorio Hernández» para así confirmar que había contraído el virus. Su círculo familiar está en estudios, pues se conoció, de parte de trabajadores del hospital de Coche, que su hijo estaba hospitalizado por presentar cuadro con síntomas que concuerdan con la COVID-19.

El 19 de julio la gobernadora del estado Lara, Carmen Meléndez, informó acerca de la afección del alcalde del municipio Urdaneta, Luis Ladino. Ese mismo día el constituyentista Juan Carlos Alemán también dio a conocer que tiene el virus.

Otro que presuntamente está hospitalizado, según el diputado José Brito, designado por el TSJ como presidente de la junta ad hoc del partido Primero Justicia; es su homólogo Luis Parra con un cuadro de neumonía. No se han ofrecido más detalles sobre su estado ni se ha confirmado si tiene el coronavirus.

El más reciente caso de un funcionario del chavismo es el del secretario de Seguridad del estado Carabobo, José Ávila, quien confirmó este mismo 21 de julio en la tarde que dio positivo en una prueba PCR.

 

Además de los contagios en el entorno político, el pasado fin de semana el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, dijo, sin ofrecer detalles, que al menos 160 militares que han ejecutado labores de control se han contagiado de la COVID-19.

A esta cuenta de dirigentes políticos o empleados públicos se suman bomberos y trabajadores de la salud, que no aparecen reflejados en las estadísticas diarias ofrecidas por el gobierno de Maduro. 
Maduro dijo el 30 de marzo que la pandemia estaba derrotada, en julio los casos superan los 12.000, como una muestra de que la COVID-19 no distingue a quien ataca. Foto cortesía @VTVcanal8

Pero los que sí aparecen reseñados e incluso han sido calificados por el vicepresidente de Comunicaciones de Maduro, Jorge Rodríguez, como «valientes venezolanos», son los 45 trabajadores de VTV y su presidente, Freddy Añez, que dieron positivo en coronavirus. A saber de esa planta televisiva también estaban bajo sospecha los del equipo del programa de Fidel Madroñero, pero este dijo que el personal resultó negativo en las pruebas.

Para no olvidar que la COVID-19 no distingue

Desde el inicio de la pandemia se han generado varios picos informativos o focos de atención: la fiesta de Los Roques a mediados de marzo, a pocos días del decreto de cuarentena. “Por ahí hubo una fiesta, en un lugar, en una isla. Prácticamente, todas las personas que estuvieron en esa fiesta están dando positivo», dijo Maduro. 

Varios medios locales reseñaron que cantantes de reguetón –nacionales y extranjeros–, algunos supuestamente cercanos al gobierno de Maduro, participaron en esa celebración. Los afectados fueron rastreados en Caracas, incluso trajeron a dos médicos afectados de la isla, quienes fueron aislados en un primer momento en el Hospital Domingo Luciani de El Llanito. De ese evento no hubo responsables, ni acusaciones judiciales o arrestos.

Cuando había 135 casos en el país, se celebró una fiesta en Los Palos Grandes, municipio Chacao, estado Miranda. Dos de los participantes de ese evento resultaron positivos en coronavirus. Hubo señalamientos y varios detenidos. “Estaban contagiados y contagiando (…). En esa fiesta había drogas y armas”, dijo posteriormente Maduro.

Por otro lado, el pasado 17 de abril se detectaron 20 casos en una escuela de béisbol ubicada en Margarita. Los contagios pasaron de 60 casos. Los directivos de la escuela de béisbol Roberto Vahlis Academy de Pedro González fueron detenidos por las FAES.

Luego, más emblemáticos o numerosos han sido los casos relacionados con los migrantes retornados, a los que Maduro asegura que “recibe con amor”, pero a la par los tilda de terroristas y amenaza con llevarlos presos si cruzan las trochas para ingresar al país. 

En el caso del mercado de Las Pulgas de Maracaibo no hubo señalamiento o atribución de responsabilidades. Caracas, por su parte, que ya ocupa el segundo lugar, tampoco tiene señalamientos acerca de un foco específico.

Acerca de las altas esferas del Gobierno y posibles nuevos contagiados siguen los rumores y algunos tuiteros adelantan nombres de ministros que aún no han sido confirmados por ningún vocero oficial.

Mientras tanto, el virus va de un lado a otro y no distingue sexo, color, raza y mucho menos filiación política. 

CronicaUno.-

 

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