En la sesión de la Comisión Delegada, Hernández añadió que en Venezuela existen tres plantas de fraccionamiento de gas, el oleoducto Ulé de Falcón, el Criogénico José Antonio Anzoátegui y Bajo Grande en el Zulia, pero actualmente solo está en funcionamiento el Criogénico, con una producción de tan solo 15 mil barriles de gas propano, aunque su capacidad instalada es de 220 mil barriles.
“Esto sucede en el país que tiene la octava reserva de gas natural en el mundo”, añadió.
La diputada y también presidenta de la Comisión de Ambiente, explicó que el gas que se usa en los hogares, comercios e industrias es un gas licuado de petróleo, con una composición de 60% de propano, 40% de butano, propileno y butileno, al que se le añade el ácido sulfúrico para que se pueda oler y así alertar cuando hay una fuga.
“Esa combinación hace que el gas sea estable en el cilindro en estado líquido, para un adecuado manejo y transporte. Eso hacen las plantas fraccionadoras, reciben el gas natural, lo separan de otros componentes de hidrocarburos y lo componen de la manera expuesta. Desde las plantas fraccionadoras, un conjunto de empresas se encargaban antes de distribuirlos a los llenaderos, y de los llenaderos otras empresas los llevaban hasta los hogares bajo los más altos estándares de seguridad”, señaló.
Sin embargo, indicó que este servicio de manera óptima desapareció en 2007, cuando se creó Pdvsa Gas Comunal, encargada de garantizar el suministro de gas licuado de petróleo, transporte, almacenamiento, envasado y distribución.
“Desde allí se diseñó un entramado control social que involucraba el gas doméstico y que ejecutado desde los consejos comunales con la falsa e hipócrita concepción de que el poder es transferido al pueblo”, dijo.
Protestas en alza
La diputada María Gabriela Hernández denunció que desde 2017, han aumentado las protestas por falta de servicios básicos, entre ellos de gas, alcanzado su clímax en 2020. La alternativa que han encontrado los ciudadanos es cocinar a leña, trayendo problemas de salud, accidentes domésticos y un arrase en bosques, morichales y árboles de ciudad.
A su juicio, esto ha aumentado la frustración entre los venezolanos, y en Monagas, específicamente las autoridades ofrecieron solucionar el problema con la planta de Jusepín. “El 20 de noviembre, la gobernadora (Yelitze Santaella) y quien fuese presidente de la ANC (Diosdado Cabello) se pasearon por la planta de Jusepín, exhibiendo su treta”.
Según le explicaron especialistas, a la diputada, la planta de extracción de gas de Jusepín, no fue diseñada para producir gas licuado de petróleo, sino para extraer los líquidos de gas natural y enviarlos al Criogénico de Jose, para su fraccionamiento y desde allí ser enviado a los llenaderos.
“Para poder producir gas licuado de petróleo, se deben adicionar en el caso de la planta de Jusepín, equipos cromatógrafos, especialistas en laboratorio para asegurar la composición que esté libre de metano y etano, que son los elementos que hacen inestable la combinación del gas, amenazando la presión que puede soportar una bombona en su interior, buscando escapar de ella, produciendo combustión súbita”, añadió la parlamentaria.
Por eso, dijo que a la descomposición física de las bombonas, en todo el territorio nacional, se le añade que este gas carece del ácido sulfúrico. “Estas razones nos llevan al 28 de diciembre en el estado Monagas, cuando un grupo de venezolanos en Caño de los Becerros, una comunidad muy humilde, del municipio Piar, hicieron combustión 161 cilindros, el 28 de diciembre, explotaron, arrojando 46 heridos”.
Posteriormente el pasado 13 de enero se produjo otra explosión de gas en Costa Abajo, sector Juana La Avanzadora, y el 19 de enero hubo dos explosiones más en Jusepín, sector Halliburton y Caripito, sector Caripe Viejo.
Por eso la diputada aseguró que es necesario y urgente crear una coalición demócrata, dentro y fuera del país, para cristalizar la voluntad expresada en la consulta popular del pasado 12 de diciembre.
Comentarios: