El hecho ocurrió en el campo petrolero Pichincha, la joven estaba con unos amigos en el frente del domicilio y dos hombres armados los amenazaron para que entregara sus teléfonos celulares. Nayluz Ocando trató de pedir ayuda y recibió un disparo en la cabeza.
Nayluz Asiul Rojas Ocando, de 17 años, fue asesinada por dos hombres armados para robar sus teléfonos celulares mientras esperaba con unos amigos en el frente de su casa en un campo petrolero de Lagunillas, en el estado Zulia, la noche del martes 4 de mayo.
Cerca de las 10:00 pm, según reseña una minuta policial, Rojas estaba acompañada por un grupo de jóvenes en el frente de su vivienda en el Campo Pichincha, uno de los campos petroleros de Lagunillas, parroquia Venezuela. Los hombres iban en bicicleta y los amenazaron con un arma y exigieron que entregaran sus teléfonos.
La adolescente al ver a los hombres armados trató de correr y alertar a sus padres. En ese momento uno de los hombres le disparó en la cabeza. Sus familiares la llevaron a la Clínica de Petróleos de Venezuela, pero falleció antes de recibir atención médica.
Presuntamente, los dos jóvenes que la asesinaron antes del hecho habían robado una bicicleta que pertenecía al novio de Nayluz en Campo Rojo, otro campo petrolero de Lagunillas. Rojas tenía un hermano y residía con sus padres. En el año 2019 egresó del Instituto San José, de Lagunillas.
Autoridades se mantienen realizando recorridos en la zona y entrevistaron a las víctimas para ubicar a los responsables del hecho. Funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
En redes sociales sus familiares, amigos y vecinos piden justicia por su muerte y solicitaron a los organismos de seguridad patrullaje en los campos petroleros debido a la inseguridad que se reporta en la zona.
“Te merecías todo lo bueno del mundo, te merecías crecer y ser lo que siempre quisiste”, “Así te recordaré siempre, alegre, no tengo palabras para decir todo esto que siento al saber que ya no estarás más”, “No lo puedo creer. Que pérdida tan inesperada”, dicen algunos mensajes en redes sociales.
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