Para muchos fue sorprendente ver esta transacción, pero la realidad es que desde hace muchos años en estos poblados para realizar compras, pagos y demás transacciones se utilizan bolívares en efectivo, en reais (moneda de Brasil) y oro.
Los anaqueles de los negocios muestran sus precios en gramos de oro. Igual ocurre con los alquileres y demás bienes que se comercializan en esa remota región venezolana. “Aquí en El Callao puedes ver carros marcados atrás con el ´se vende en 40 gramas’, consigues bolsas de comida a media grama y así. Aquí aún no se adaptan mucho al tema de los dólares”, comentó un habitante del pueblo minero.
El diputado de la Asamblea Nacional legítima, Américo de Grazia, explicó que cada vez son más las personas que invierten en comprar oro para proteger sus ingresos de la devaluación del bolívar. “Ya no podemos hablar ni de salarios, sino del poco ingreso de los venezolanos y, particularmente de los guayaneses. A falta de divisas y de moneda nacional, lo que compromete prácticamente la independencia del país al no tener una moneda de circulación que pueda garantizar los ahorros y la estabilidad familiar, la gente busca maneras de resolver”.
Según el parlamentario, el país ha llegado a niveles dramáticos, donde el hambre, la miseria y la pobreza es lo único que circula libremente por la calle, y las personas no tienen capacidad de ahorro. “El sistema bancario venezolano está en ruinas, porque prácticamente no existe moneda nacional, no tiene sentido ahorrar y, en consecuencia, la gente usa cualquier otra fórmula, si bien el trueque de mercancía por mercancía, o la compra y venta de oro por grama”, relató De Grazia.
Todo en oro
Señaló que desde Upata hasta Santa Elena de Uairén cualquier cosa se cotiza en oro, dólares o reías. Por ejemplo, la gasolina se consigue en 0.2, 0.5 y hasta 0.9 gramos/puntos de oro, lo que evidencia que existe una economía informal que compromete la independencia del país.
“Si el país está bloqueado, según el régimen, cómo entra esa cantidad de dólares a circular en nuestro territorio. Esto no es Ecuador donde la moneda oficial es el dólar y estoy casi convencido que aquí circulan más dólares que en Ecuador. Esa es la razón y el fundamento que se usa para que un ciudadano de a pie use el oro como forma de comercio”, ejemplificó el diputado.
Para los habitantes del sur del estado Bolívar es habitual efectuar transacciones con oro, una práctica que se ha trasladado a la ciudad. “Toca traer el oro bien escondido, porque la Guardia Nacional te lo quita. Yo me llevo bolívares y llego hasta Las Claritas, con esos bolívares compro oro y me vengo nuevamente a Puerto Ordaz. Aquí lo vendo y le saco el doble o triple de lo que gaste”, relató un guayanés que viaja dos veces al mes al poblado minero.
Rutas del delito
Aunque la comercialización del oro en el mercado nacional e internacional a través de la compra en el Arco Minero, así como las correspondientes autorizaciones a terceros para su exportación, recae exclusivamente en el Banco Central de Venezuela (según el artículo 31 del decreto extraordinario No. 6.210 de 2015), el oro sigue saliendo ilegalmente del país.
El 19 de septiembre de 2011, el fallecido presidente Hugo Chávez nacionalizó la industria aurífera y prohibió la exportación del preciado metal declarando que “todo el oro que se obtenga como consecuencia de cualquier actividad minera en el territorio nacional, será de obligatoria venta y entrega a la República Bolivariana de Venezuela”. Pero lo que ha ocurrido en todo este tiempo deja en entredicho el decreto presidencial.
“Hay una práctica que se ha vuelto muy común: sacan de forma ilegal el oro de Venezuela, hacen parada en República Dominicana donde lo ‘legalizan’ a través de un papel de autenticidad que les entregan allá y así lo ingresan de forma legal a países como Estado Unidos, Aruba, Curazao, por ejemplo”, explicó un militar al equipo de La Patilla.
Sobre las rutas de desvío, el militar advirtió que “Bolívar es un territorio que ‘facilita’ la salida del oro, ya sea por Brasil, Colombia y hasta Guyana, y los grupos armados conocen estos métodos. Toñito era uno que sacaba oro y diamante por la ruta de Anacoco y regresaba de Guyana con armas. Realizaba una especie de trueque en esa zona”.
Para De Grazia, el Arco Minero del Orinoco “es un fraude financiero a la nación”. En octubre de 2019, Nicolás Maduro anunció la asignación de una mina a cada gobernador chavista para que pudieran financiar los gastos de sus estados. De acuerdo con el parlamentario, estas declaraciones son más graves de lo que parecen, pues serían una forma de llamar a los gobernadores a participar del “saqueo, haciéndolos socios del delito”.
“En el año 2018, el ingreso registrado por concepto de oro al fisco venezolano a través del BCV (no lo que ingresó por vía criminal), fue el equivalente a tres días de renta petrolera. Tres días de renta petrolera ni siquiera sirven financieramente para atender la epidemia de malaria que tiene solo el estado Bolívar”, dijo el diputado.
A pesar de las sanciones que pesan sobre el Banco Central de Venezuela y la minería venezolana, el banco emisor es la entidad bancaria que más ha vendido oro por dos años consecutivos (2017 y 2018), según el Consejo Mundial del Oro (WGC).
Por otro lado, el robo del material aurífero ha sido reconocido y denunciado por el gobierno nacional, que el 8 de junio de 2018 lanzó una operación denominada “Manos de metal”, con el propósito de “atacar a las mafias del contrabando de extracción de metales”.
El entonces vicepresidente del régimen, Tareck El Aissami, fue el encargado de comunicar que habían sido detenidas siete personas presuntamente vinculadas con el tráfico ilegal y que se libraron órdenes de captura contra otras 28 personas. Pero es un secreto a voces que algunos funcionarios del régimen están involucrados directamente en los negocios sucios con el oro.
Contrabando en aumento
Entre 70% y 80% del oro que se extrae en Venezuela es sacado del país de manera ilegal vía terrestre, aérea y fluvial. En un estudio realizado por la consultora Ecoanalítica y publicado en el informe de corrupción de 2018 de Transparencia Venezuela, se afirma que la minería ilegal no es una novedad para Venezuela, pues existía antes de que Chávez en 2011 nacionalizara este sector estratégico.
Sin embargo, en el informe se asegura que la naturaleza del tráfico de oro fue alterada con la nacionalización, así como las prácticas, las rutas y los grupos de poder que la controlan. “Cálculos realizados por la consultora, basados en las cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela y contrastados con datos oficiales de cada gobierno perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), permiten estimar que entre 1998 y 2016 se perdieron por tráfico ilegal de oro cerca de 3.008 millones de dólares”, destacó Transparencia Venezuela.
La mayor parte del contrabando se generó en 2016, cuando salieron 1.834 millones de dólares en oro contrabandeado del país (60,9% del total). El dato más actualizado que maneja Ecoanalítica en su informe precisa que al cierre de 2018, Venezuela perdió 2.700 millones de dólares por la comercialización ilegal del oro.
Por: Corresponsalía La Patilla
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