Realizó estudios elementales en Toledo. Se conoce de su presencia en Venezuela a partir de 1759 acompañando a su tío el sacerdote Diego Antonio Diez Madroñero (1715-1769) de recordada y fructífera actividad eclesiástica, vigésimo tercer Obispo de Venezuela.
En Valencia construyó un hospicio, ciudad donde falleció el 3 de febrero de 1769, cuyos venerados restos reposan en la Catedral de Valencia.
La Real y Pontificia Universidad de Caracas le otorgó a José Antonio García Mohedano el grado de bachiller, y al culminar los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Caracas, recibió la Ordenación Sacerdotal por parte de su tío, quien lo tuvo como secretario en dicha ciudad durante seis años.
Al poco tiempo asumió la recién fundada parroquia de Chacao, en cuyas funciones desplegó una importante actividad en beneficio de los desposeídos.
La historia y tradición, relata tanto la labor pastoral como la iniciativa desplegada en el cultivo del café, iniciado en su residencia con un arbusto traído de las vecinas colonias francesas.
Junto a Don Bartolomé Blandín y el sacerdote Pedro Palacios y Sojo, mejor conocido como el «padre Sojo», organizó un extenso semillero y desarrolló la siembra de cafetos en el sector de «La Floresta» cerca de Chacao.
Llegaron a poseer en su exitosa actividad agrícola unas cincuenta mil plantas, que sirvieron para propagar la siembra por diversas regiones de la Capitanía General de Venezuela.
Para la época se conocían otras siembras menores en Mérida y Nirgua, gracias a los esfuerzos de la orden Jesuita.
La benevolencia del Padre Mohedano, fue una de sus características personales a favor de los enfermos y menesterosos, los cuales resultaban beneficiados con el producto de la comercialización del café.
Eumenes Fuguet
Esos ingresos le permitieron mejorar y ampliar los trabajos iniciados en la construcción de la iglesia de Chacao.
El rey Carlos IV y Su Santidad el Papa Pió VII, máximas autoridades en conceder la alta investidura de Obispo, designaron al Padre Mohedano con tal cargo en Guayana en reemplazo del Ilustrísimo Obispo Francisco Ibarra (1726-1806), nacido en Guacara y designado Primer Arzobispo de Venezuela, al ser elevada la diócesis de Caracas a arzobispado el 24 de noviembre de 1803.
El padre Mohedano fue consagrado en Caracas por el Arzobispo Francisco Ibarra el 16 de agosto de 1801, procediendo a recibir el nuevo cargo y responsabilidad en Guayana el 23 de diciembre de ese año.
No se hizo esperar lo positivo de su labor eclesiástica y especial atención a los de escasos recursos.
Es de resaltar su trabajo en el área educativa pública, mediante la construcción de escuelas que mejoraron los niveles educativos y formativos de los jóvenes guayaneses.
Ejerciendo el importante cargo su salud se vio afectada de tal manera, que no podía celebrar el santo sacrificio de la misa, conferir ordenes mayores, realizar confirmaciones y demás funciones propias de su alta investidura sacerdotal.
Falleció en Guayana el «Padre Mohedano», servidor de Dios y de los hombres el 18 de octubre de 1804.
Monseñor Mariano Talavera y Garcés denominado por el Libertador como: «El mejor orador de Colombia»; es importante señalar que, monseñor Talavera había propuesto en 1845 junto a otros ciudadanos, que Angostura se denominara Ciudad Bolívar en 1846.
Conocedor de la personalidad y obra del Obispo Mohedano, monseñor Talavera escribió:
«Su elocuencia era toda sentimiento religioso realizado por la notoriedad de su virtud, su modestia y su austeridad, que se manifestaban en su semblante, daban a su voz debilitada una dulce influencia sobre los corazones. Nos parecía ver en la cátedra a San Francisco, dominando los ímpetus de los infieles del Japón..».
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