Como si se tratara de un deseo de Navidad los guayaneses piden que se normalice la problemática del combustible. Admiten que han visto mejorías en cuando al suministro, pero añoran que se eliminen los terminales de placa. Desde hace más de dos años el estado Bolívar, al sur del país, ha visto cómo se fue agudizando la situación.
La cual empezó con la regulación según el terminal de placa y luego por el litraje. «Hace algunas semanas el sistema empezó a cambiar, ya no es necesario pasar días en la cola, como nos tocó durante mucho tiempo. Este lunes 29 de noviembre me vine temprano y logré surtir sin problemas en la estación de servicio dolarizada», relató Rosa Vergara.
La mujer señaló que cómo ella otros conductores aplicaron lo mismo, sumando que «después del mediodía hasta conseguías estaciones abiertas y sobre todo sin cola. Entrabas, surtías y salías, eso no lo veía hace años».
Golpe a las mafias de la gasolina en Bolívar
Por su parte, los conductores destacan que el suministro continuo de combustible ha «dado un duro golpe a las mafias. El bachaquero llegó a colocar el litro de combustible hasta en 3 dólares en su momento. Pero esto la venta clandestina queda eliminada», consideró Roberto Rojas.
De igual forma alabaron las gestiones realizadas por el comandante de la Zona Operacional de Defensa Integral (ZODI) Bolívar, el general de División Julmer Rafael Ochoa Romero, «ahora si se están viendo los esfuerzos de la ZODI, aunque sabemos que aún queda mucho trecho por hacer», sumó Rojas.
Entre los nuevos cambios, está la autorización a surtir 60 litros de combustible-antes era 40-, en las estaciones de servicio en las cuales el pago se haga en divisas. Las subsidiadas se mantienen en 20 litros, conductores esperan que esto también varié en unas semanas. «Aumentarlo a 30 litros seria un gran avance».
Un usuario señaló que cree que se va a solventar el problema, porque es un hombre de fe. “Mi fortaleza no ha bajado, sigo al pie del cañon para surtir combustible para que mi familia se siga movilizando, poder llevar a los chamos al fútbol, una vida ‘normal’. Claro, el sacrificio es grande”.
Foto: Pableysa Ostos. Todos Ahora
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