Pauline acababa de terminar de empacar sus compras en su auto y se estaba yendo, cuando un hombre ingresó al vehículo por la puerta del pasajero y anunció el robo. El criminal la amenazó, diciendo que tenía un arma y que le dispararía si ella no le daba dinero.
Valiente y llena de fe, la anciana dijo tres veces que no le daría nada. “No te voy a dar mi dinero”, le aseguró. Y Pauline comenzó a compartir el Evangelio con el agresor .
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