Una mujer cristiana fue asesina cobardemente por delincuentes narcotraficantes, por predicarles el Evangelio y por insistir en que debían arrepentirse de sus malas acciones para sean perdonados por Dios.
La predicadora identificada como Idalina Ferreira Marques, jubilada de 57 años, recibió un disparo en la cabeza, en la zona sur de Manaus, en Amazonas, Brasil. Según los policías, la mujer era conocida en la región por hablar de Dios a los traficantes, en un intento por sacarlos del crimen y convertirlos al Evangelio.
Según la delegada Débora Mafra, jefa de la Policía Especializada en Delitos contra la Mujer (DECCM), dijo que la muerte de la mujer fue clasificada como intolerancia religiosa y contra la mujer.
“Me entristece un hecho como este porque veo intolerancia religiosa e intolerancia a las mujeres, porque, de hecho, ellos cometen este crimen sabiendo que una mujer suele estar indefensa y no tiene su fuerza física, más aún una predicadora de la palabra de Dios que quiere hacer que las personas cambien su comportamiento y sus formas”, declaró.
Los vecinos de la víctima, que no se identificaron por razones de seguridad, dijeron que la jubilada "solía ir a una iglesia evangélica y, en las calles, predicaba la palabra de Dios".
La mujer también se opuso al tráfico y consumo de estupefacientes en el callejón donde vivía, y cuidaba sola a su madre de 95 años. “Ella siempre estuvo en comunión con la iglesia. Aquí era demasiado peligroso para ella. La única certeza que tengo es que ella ya está con Dios y el Señor ya la ha recibido”, dijo otro vecino.
“Alquilaba cocinas y era reconocida por sus acciones sociales que hacía, pero lamentablemente aquí solo hay 'gente dura'. La muerte no dice la hora que viene, es una gran pérdida”, dijo también la hermana de la víctima, Valdemarina Souza, de 71 años.
Según los pobladores de la zona, informaron que el hecho de que Idalina interviniera y confrontara a los traficantes había comenzado a generar irritación por parte de los involucrados. con la venta y consumo de drogas en el callejón.
“Ella se enfrentó al narcotráfico en la zona, al consumo de drogas aquí también. Cerró el pasaje [del callejón] y, como era evangélica, intentó convertir a los narcotraficantes, y eso le causó cierta irritación”, declaró un agente que investiga el caso.
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