Meditando sobre la llegada del Año Nuevo, Billy Graham dejó palabras de aliento para aquellos que tuvieron un año difícil. Resaltó que, aunque Dios permite que pasemos por tiempos difíciles, Él nos proporciona la esperanza eterna a través de su hijo Jesús.
En un artículo publicado en la web de la Asociación Evangelística Billy Graham, respondió a un lector que le preguntó por qué Dios parecía ser tan ausente este año, con el mundo viviendo desastres naturales y la multiplicación de las guerras. Citando también problemas personales, el lector dijo que, incluso orando, no vio respuesta. "¿Dónde estaba Dios en todo eso?", preguntó.
Graham primero explicó que lo más importante a recordar es que "Dios sabe lo que estaba sucediendo en su vida, y a Él le importa profundamente cómo está usted, aunque a veces no lo parezca". Después, citó el texto de Lamentaciones 3:22. "En medio de un período terrible para el pueblo de Dios, el profeta Jeremías todavía podía decir: sus misericordias no tienen fin".
Graham dijo que muchas veces podemos desanimarnos ante las dificultades que vivimos y que él mismo ha pasado por ello. "Sé que el mal es real, y a veces parece estar llevando ventaja", dijo. "Pero también sé que Dios lo sabe todo y por eso dio a su único Hijo, Jesucristo, para sufrir y morir en la cruz. Su tumba está vacía, pues él resucitó. Por eso, tú y yo podemos tener esperanza".
Ante los momentos difíciles, enseña el evangelista, necesitamos tomar decisiones. "Podemos quedar revueltos y volvernos contra Dios, o buscar al Señor con fe, pudiendo encontrar en Él la fuerza y la esperanza que necesitamos".
"¿Cuál es tu elección?», preguntó Graham. Para aquellos que no saben qué esperar este nuevo año, él dice que la primera decisión debería ser, comenzar el Año Nuevo con certeza de su salvación. Para ello, recordó que es necesario que confesemos a Jesucristo.
"Antes que nada, pídale que entre en su vida. Después, ore pidiendo por su fuerza y sabiduría para enfrentar los desafíos de la vida. Recuerde que cuando conocemos a Cristo, nada podrá separarnos del amor de Dios que está en Jesucristo, nuestro Señor (Romanos 8:39)", concluyó.
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