Cuatro semanas después de que comenzara la ofensiva en Ucrania, los primeros efectos concretos de las sanciones occidentales y de la represión se empiezan a notar en el día a día de los rusos. Estos son algunos ejemplos.
– Azúcar –
Las imágenes de gente peleándose por el azúcar en los supermercados fueron muy compartidas en las redes sociales, con muchos rusos precipitándose en los últimos días para conseguir algunos alimentos por miedo a que escaseen.
En las tiendas, el azúcar -cuyo precio se ha disparado- se ha empezado a racionar.
Una parte de la población, traumatizada por las penurias de los años 1990, busca hacer acopio de ese producto, muy utilizado para conservar algunos alimentos, y también del trigo sarraceno, que en muchos casos se cuece hervido.
Las autoridades han intentado tranquilizar a la población, desmintiendo que esos productos escaseen, días después de haber limitado las exportaciones.
El Kremlin aludió a una reacción “emocional” por parte de los consumidores.
– Folios –
Otro producto básico del que se ha disparado el precio y ha llegado a desaparecer de algunos estantes son los folios.
Su precio ha llegado a duplicarse, triplicarse o incluso más en las reventas por internet.
Algunas plantas suspendieron su producción, como SvetoCopy, en la región de San Petersburgo (noroeste), debido a una penuria de clorato de sodio, utilizado para blanquear el papel, y que en gran medida se importa.
El lunes, el ministro de Comercio dijo que situación iba a “estabilizarse” pronto.
– Viajes –
Desde hace años, había emergido una clase media acostumbrada a viajar por Europa y por otras partes del mundo. Pero eso terminó a causa de las sanciones, con los países occidentales cerrando su espacio aéreo a las aerolíneas, que tampoco pueden conseguir piezas de recambio del extranjero o seguros fuera del país.
Desde Rusia, los vuelos internacionales se cuentan ya con los dedos de una mano. Los vuelos domésticos podrían terminar efectuándose en gran parte con aviones rusos, como el Superjet, cuyos comienzos se vieron empañados por accidentes. La seguridad aérea, en conjunto, podría verse afectada por las sanciones.
En las redes sociales, los rusos bromean sobre sus futuras vacaciones en casa o en Asia Central. Un chiste con sabor amargo, pues recuerda a la Unión Soviética y sus viajes imposibles.
– Divisas y tarjetas bancarias –
Con la suspensión de las operaciones de Visa y Mastercard para las cuentas rusas, los rusos que están en el extranjero se han quedado sin poder acceder a su dinero. ApplePay también ha dejado de funcionar en Rusia.
Por ello, los rusos ya no pueden comprar aplicaciones de pago, juegos u otros bienes digitales.
La medida también les niega el acceso a servicios como Netflix, que suspendió sus servicios en Rusia porque los pagos ya no se podían efectuar.
Además, se impusieron estrictos controles de capitales, tanto para la retirada como para la compra de moneda extranjera y para sacar esta última del país.
– Redes sociales –
Rusia bloqueó Facebook en su territorio, en represalia por la decisión del grupo estadounidense de prohibir medios próximos al poder (como la cadena RT o el portal Sputnik) en Europa.
El acceso a Twitter también fue fuertemente restringido por razones similares.
Y lo mismo ocurrió con Instagram, que muchas PYMES rusas a modo de página web.
Meta, la casa matriz de Facebook e Instagram, fue clasificada como organización extremista.
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