Pérez, que era el PRAN (preso rematado asesino nato), fue ultimado por el reo conocido por alias «Miguelacho», presuntamente en una lucha por el relevo en el mando carcelario, según explicó a Efe la directora del OVP, Carolina Girón.
«Se presume que fue lo que se conoce como un cambio de gobierno de la cárcel, para el que montan unos miniejércitos con los mismos presos para llegar a ello», agregó Girón, quien detalló que Pérez tenía 40 años y llevaba tres como «líder negativo» del centro de reclusión, incluso «por encima» del director de la entidad.
Explicó que el asesinado controlaba el ingreso y la salida de los presos y cobraba en dólares «la causa», un monto que los demás reclusos están obligados a cancelar para tener un sitio adecuado para dormir, recibir visitas, tener celulares y para comer.
Según el más reciente informe del OVP, presentado el pasado 10 de mayo, desde 2008 «el Estado venezolano ha permitido la instauración de estructuras criminales dentro de las prisiones, en las que la presencia de la figura del ‘pranato’ se ha convertido en una realidad latente».
Estas estructuras, señala, se caracterizan «por el contrabando de armas, drogas, sometimiento a los internos, pernoctas dentro de las cárceles, autorización de eventos, fiestas, cajeros automáticos a su conveniencia, piscinas, discotecas, negocios de alimentos, ingreso de vehículos, control del acceso a los servicios de primera necesidad, libre desplazamiento dentro y fuera de la prisión», entre otros.
El OVP ha documentado que, al menos, el 59 % de la población reclusa, de 33.710 presos, se encuentra en cárceles bajo el control total del pranato.
El asesino del pran “El Kleiber” fue identificado como alias “Miguelacho”, quien era el segundo al mando en el pranato de La Cuarta. El fallecido estaba condenado a 17 años de prisión por homicidio calificado. pic.twitter.com/SNmO5JYBPQ
— Obs. V. de Prisiones (@oveprisiones) May 26, 2022
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