La sede de la UNEG Atlántico cerró en 2019 por los problemas de infraestructura, servicios básicos e inseguridad. Las autoridades universitarias desmienten el abandono, aunque admiten la falta presupuestaria para su recuperación.
Puerto Ordaz. Conforme pasan los días, parece quedar más lejos la recuperación de la sede de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) Atlántico. Los problemas de infraestructura, servicios básicos, robos y falta de equipos, llevaron al cierre de esta sede en noviembre de 2019.
Hoy, sus espacios internos están en gran parte desmantelados. A las afueras la maleza, falta de iluminación y la delincuencia, son daños que se intentan combatir.
«Es lamentable lo que sucede en la sede principal de Puerto Ordaz. Está cerrada por decisión del Consejo Universitario. La cerraron porque las autoridades universitarias manifestaron que no había agua en la sede, problemas con los baños, falta de iluminación, robos y no había forma de mantener protegidos a los estudiantes y el recinto universitario», recordó Raúl Brito, presidente de la Asociación de Profesores de la UNEG (Apuneg).
El gremio de profesores protestó en aquel momento, pero el llamado a las autoridades no hizo efecto.
«Cuatro años más tarde vemos a una universidad sin presupuesto para mantenimiento, para seguridad, reparar los autobuses que están desmantelados, al igual que las aulas y los laboratorios, se han robado equipos de computación y las oficinas», agregó Brito.
El cierre de la UNEG Atlántico perjudicó a los estudiantes de las carreras de Informática, Administración, Contaduría, Ciencias Fiscales, Banco y Finanzas, entre otras.
Para entonces, alrededor de 7 mil estudiantes de la sede Atlántico fueron transferidos a la de Villa Asia, con una capacidad inferior para tal matrícula. En la sede de Villa Asia, destinada para Ingeniería Industrial, tiene solo 12 aulas habilitadas.
«Si todos los profesores decidiéramos ver clases el mismo día, no pudiéramos porque no hay capacidad», señaló el presidente de Apuneg.
Recuperación mínima
Brito también cuestionó que «algunas autoridades universitarias dicen que se está rescatando porque le están limpiando el monte y le están echando una manito de pintura. La universidad no puede ser manejada como una estructura que le quitas el monte, le echas una pinturita y la rescatas. La universidad va más allá de eso».
Reiteró que se requiere un presupuesto para los centros de investigación, transporte, becas, comedor, investigación de los docentes, reparación de equipos, recuperación de laboratorios y que los profesores tengan un salario digno.
«La universidad está siendo vapuleada. Es una política de Estado que aplica el Ejecutivo nacional desde el 2000. En el año 2000 un profesor ganaba aproximadamente 2 mil dólares, ahora gana 30 dólares. Y ni sabemos porque un día nos pagan una cosa y otro día otra. Pero lo que nos están pagando no nos alcanza, y los profesores se han dedicado a hacer de taxis, pintar, coser, dar clases particulares», agregó Brito.
Hasta 2019, la deserción docente en la UNEG se ubicó entre 25 % y 30%, de acuerdo con la secretaria del rectorado, Leonarda Casanova. El porcentaje se mantuvo incluso a partir de la pandemia, y optaron incluso por contratar a personal jubilado.
En el caso de los estudiantes, la rectora María Elena Latuff señaló que en 2021 la deserción fue de 10 %.
«Yo me retiré de la universidad poco antes de que comenzara la pandemia. Fui uno de los que transfirieron de la UNEG Atlántico a la de Villa Asia. La verdad es que ninguna de las sedes está en óptimas condiciones porque no hay aire acondicionado, nunca hay agua, y ahora es que medio quitan la maleza», relató Luis Manuel López, quien cursaba estudios de Ingeniería Informática.
López se retiró obligado por la necesidad de ingresar al campo laboral a tiempo completo, y poder llevar mejores ingresos a su hogar.
Versión de la UNEG
La versión de la UNEG con respecto a la denuncia sobre la sede Atlántico es que el 9 de junio reiniciaron las clases semipresenciales, para reincorporar progresivamente a los estudiantes a este núcleo.
En el comunicado, las autoridades admiten la falta de presupuesto para su recuperación y que con estudiantes de servicio comunitario realizaron labores de mantenimiento.
CrónicaUno
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