El líder del Ministerio Antorcha de Cristo regresa a Times Square, en el corazón de la ciudad de Nueva York, para predicar el Evangelio a miles de personas que pasan por el lugar a diario.
El evangelista, Phillip Blair, habló sobre los pecados que asolan a los Estados Unidos y al mundo. “Hoy es el día de salvación, necesitamos arrepentimiento, ahora más que nunca”, proclamó con voz fuerte en medio de la gente.
Dijo que debemos estar “desesperados por un toque de Dios, no desesperados por la validación y aceptación de un impío o del mundo. Necesitamos escuchar la voz de Dios en nuestra alma”.
Blair también se pronunció sobre temas contrarios a los principios bíblicos, como el aborto y la homosexualidad. “Estamos matando a nuestros hijos, hay hombres acostados con hombres, mujeres como mujeres.
El predicador también dijo que necesitamos saber lo que enseña la Biblia, clamar a Jesús para acercarnos a Dios. “Entonces Él vendrá a vosotros, limpiará vuestras manos y purificará vuestros corazones y vuestros pensamientos”.
Antes de terminar, Blair dijo: “Amigos míos, la gracia se encuentra en Jesucristo. La sangre de Jesús puede limpiar tu pecado, y la gracia de Dios puede salvar tu alma”.
“¡Ciudad de Nueva York, es hora de arrepentirse! Vuélvete a tu Dios y Él te bendecirá”, advirtió. "Estoy aquí para decirles que necesitan arrepentirse, porque necesitan el perdón de Dios... hoy es el día, ahora es el momento de arrepentimiento porque el Reino de Dios se ha acercado a ustedes".
Criticó a Estados Unidos por su frialdad espiritual. “Nuestra soberbia ha causado nuestra propia destrucción, y en nuestra necedad nos hemos apartado lejos de los caminos del Dios vivo. Estados Unidos era una nación cristiana, pero nos hemos descarriado y Dios nos está llamando de vuelta a Él”.
El predicador hizo un llamado a los cristianos, especialmente de los predicadores, sobre la responsabilidad de hablar a la gente de Jesús.
"Es hora de levantarse y prepararse para el regreso del Rey. Durante demasiado tiempo nos hemos estado escondiendo en los edificios de nuestra iglesia, mientras que multitudes de almas a nuestro alrededor están pereciendo. ¿Por qué tenemos tanto miedo de salir a predicar?
El predicador afirmó que “hay hambre por el Evangelio en las calles de nuestra ciudad” y que los cristianos necesitan hacer que su voz sea escuchada.
“Necesitamos más oración. ¡Tenemos que gritar!”, dice Blair, refiriéndose a pastores, predicadores y evangelistas.
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