"Nuestro hogar puede ser restaurado, y estamos agradecidos con Dios. Fue un milagro especial que la bomba que atravesó nuestro techo no explotara, sino que se quedó atrapada junto a la Biblia abierta", testifican Vlad y Juliana.
La guerra en Ucrania sigue causando decenas de miles de muertos. En medio de las evacuaciones, los destrozos causados por los ataques sobre el terreno y los bombardeos, los civiles, principales víctimas del conflicto, se protegen como pueden. En este contexto, la Iglesia, incluidas algunas de Rusia, aparece como un agente importante en este sentido.
En el escenario de horror de la guerra van surgiendo testimonios que elevan la fe de los cristianos que se encuentran en medio del conflicto.
Uno de los casos es el de la joven pareja Vlad y Juliana, relatado por la Slavic Gospel Association (SGA), una organización cristiana sin fines de lucro, que está apoyando y recaudando fondos para ayudar a los ucranianos .
Vlad y Juliana dicen que comparten la casa con sus padres. Cuando comenzó la guerra, decidieron no irse de inmediato, sino que se quedaron allí durante aproximadamente una semana.
“Disparos y explosiones ocurrían todos los días. La ciudad estaba vacía. Durante la mayor parte del día no fue posible salir de casa por el toque de queda”, relatan.
“Era difícil tanto psicológica como físicamente estar en esas condiciones, porque a menudo nos despertábamos con el sonido de las explosiones”, dice la pareja, padres de un bebé.
Ante la decisión a tomar, la pareja cristiana buscó la respuesta en la fe. “Oramos para que Dios nos ayudase a salir”, dicen.
El problema era la falta de combustible y la falta de asientos en el automóvil.
“Además de nuestra familia, vivían con nosotros varias personas más, que se quedaron solas. Oramos y leemos mucho la Biblia juntos. Fue una bendición increíble que nos dio fuerzas”, recuerdan.
Recuerdan que cuando la situación se puso muy difícil, Dios envió transporte y la oportunidad de evacuar. La ruta fue organizada por voluntarios de la iglesia .
“Fue aterrador, pero nos fuimos a salvo a un lugar seguro. Manejamos durante casi siete horas, el camino que se podría haber recorrido en dos horas”, relatan.
La familia logró escapar de las consecuencias de los ataques de las tropas rusas.
“Regresamos a nuestra casa unos meses después. Tanto las ventanas como las puertas estaban rotas. Había un agujero enorme en el techo y las cosas que habían en el patio fueron destruidas y saqueadas”, dicen.
“Nuestro hogar puede ser restaurado y estamos agradecidos con Dios por eso. Fue un milagro especial que la bomba que atravesó nuestro techo no explotara, sino que quedara pegada junto a la Biblia abierta ”, testifican.
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