Una citología y una colposcopia anual para verificar si hay infección por VPH, permiten establecer protocolos de vigilancia y seguimiento mucho más efectivos
El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte oncológica en las mujeres venezolanas. En 2021 hubo un repunte de incidencia a 5 mil 293 casos y se produjeron 1 mil 945 muertes por esta enfermedad, según cifras oficiales de la SAV. Generalmente, en su etapa inicial, el cáncer de cuello uterino no presenta signos ni síntomas, pero en etapas avanzadas puede causar sangrado o flujo vaginal anormal, por ejemplo.
El cáncer de cuello uterino se diagnostica más frecuentemente en mujeres entre las edades de 35 y 44 años. La edad promedio al momento del diagnóstico es 50 años. Entre las edades de los 35 a los 54 años, es donde se registró la mayor incidencia en Venezuela en 2021, con 2 mil 908 casos. Lo más resaltante es que actualmente en el país la incidencia de este tipo de cáncer cada vez comienza a edades más tempranas, alrededor de los 20 años, desde esa edad hasta los 34 años se registraron 881 casos en el año 2021.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las infecciones más comunes del tracto reproductivo, responsable de una variedad de cánceres y otras afecciones tanto en hombres como en mujeres. Principalmente sus fenotipos de alto riesgo son los causantes del cáncer de cuello uterino, tumores de vulva, vagina, entre otros, mientras que los genotipos de VPH de bajo riesgo causan una infección visible denominada verruga.
De allí la gran importancia de los exámenes preventivos regulares y anuales y, en ese particular, el Grupo Médico Santa Paula (GMSP) ha sido pionero en la realización de campañas masivas y comunitarias de detección del VPH, a través de pruebas de tamizaje y evaluación de riesgo, como citología, colposcopia y biopsia, que son procesadas en equipos de tecnología de alta gama, con el fin de detectar hasta las lesiones más pequeñas y sus características, de forma que esas pacientes afectadas reciban un tratamiento especializado a tiempo.
El doctor Daniel Márquez, especialista en obstetricia y ginecología del GMSP, destacó lo importante de la genotipificación del VPH, “para conocer el tipo de virus que porta cada paciente y así determinar si se trata de un genotipo de alto o bajo riesgo de derivar en cáncer, esto permite establecer protocolos de vigilancia y seguimiento mucho más efectivos”.
Desde la aparición de la vacuna contra el (VPH) se ha logrado impactar de manera efectiva en la prevención de esta enfermedad, con una reducción de hasta 80% en la incidencia de la patología en países donde la vacunación es masiva. La vacuna aprobada por la FDA se puede utilizar a partir de los 9 años de edad, con el fin de prevenir la infección por 9 tipos del VPH.
Añadió el especialista que la vacunación contra el VPH debe ser punta de lanza en la prevención de la enfermedad, iniciando el esquema en la población adolescente, antes del inicio de las relaciones sexuales.
Pero explicó el doctor Márquez que “la medida más efectiva para la prevención de esta patología es la educación sexual, precoz, responsable y oportuna. El desconocimiento en relación a su transmisión y prevención en la población general es aún muy alto, y constituye un importante escollo por solventar a la hora de hablar de prevención”. Asimismo, ratificó lo indispensable que es la aplicación de campañas de difusión masiva de información.
Apoyar la vacunación
Muchos países han incluido la vacunación contra el VPH como una estrategia primaria de prevención para el cáncer de cuello uterino, alcanzando excelentes resultados. En Venezuela esta vacuna aún no forma parte del protocolo nacional de inmunizaciones.
En el país solo están disponibles las vacunas tetravalente y nonavalente, que protegen contra los genotipos de VPH 4 y 9, respectivamente. La vacuna nonavalente aporta protección contra los canceres causados por los tipos de VPH 31, 33, 45, 52 y 58. De forma adicional, la vacuna tetravalente y la vacuna nonavalente protegen contra las verrugas anogenitales causadas por los virus VPH 6 y11, lesiones que no son cancerosas, pero sí difíciles de tratar.
Muchas mujeres de edad avanzada no saben que el riesgo de cáncer de cuello uterino aún existe a medida que envejecen. Más del 20% de los casos de cáncer de cuello uterino se detecta en mujeres que tienen más de 65 años. En Venezuela, de 55 a más de 74 años se registraron 1.504 casos, según las estadísticas de la SAV. Los exámenes preventivos regulares y anuales logran atajar a tiempo cualquier lesión que pueda presentarse, estos incluyen también las lesiones mamarias para las cuales la realización de una mamografía es imprescindible.
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