La Hepatitis | Un grave problema de salud pública

La mejor forma de prevenir la hepatitis, especialmente las causadas por los virus A y B, es a través de la vacunación. La vacuna contra la hepatitis A se debe administrar al cumplir el primer año de vida, con una segunda dosis entre 6 meses y un año después. Para la hepatitis B, se debe administrar al momento del nacimiento, con una segunda dosis a los dos meses y una tercera dosis a los seis meses.

Es importante destacar que algunas personas tienen un mayor riesgo de contraer hepatitis B o C y deben ser especialmente conscientes de la importancia de la vacunación. Estas personas incluyen aquellas que trabajan en el campo de la salud, tienen relaciones sexuales promiscuas sin usar preservativos, comparten agujas, cepillos de dientes o afeitadoras, y se realizan tatuajes en sitios no certificados.

Es fundamental resaltar que la hepatitis B y C pueden evolucionar a enfermedad crónica, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado. El tratamiento para estas enfermedades es variable y se realiza con fármacos, sin embargo, muchas veces estos medicamentos no están disponibles o son costosos. Además, existe el riesgo de que el virus mute y el paciente no responda al tratamiento de manera efectiva.

La prevención y el diagnóstico temprano de la hepatitis son fundamentales para evitar complicaciones graves. La vacunación es la forma más efectiva de prevenir las hepatitis A y B, y es importante concienciar a las personas en mayor riesgo sobre la importancia de protegerse contra estas enfermedades.