La urbanización Coviaguard y sus alrededores se encuentran sumidos en una inquietante oscuridad que no da tregua. Los apagones constantes han sumergido a las familias en un estado de angustia y preocupación, ya que no hay explicación clara sobre las causas de estas interrupciones en el servicio eléctrico.
La situación es desesperante, con hasta tres apagones al día, los habitantes se encuentran sumidos en un temor constante. Además del estrés emocional, existe también la incertidumbre de que en cualquier momento los costosos equipos electrodomésticos puedan sufrir daños irreparables.
La indignación se hace eco en las calles de Coviaguard, donde los vecinos se preguntan cómo es posible que en una urbanización tan importante, con instituciones de vital importancia como el DIBISE, el CDI, comercios, farmacias, así como escuelas y liceos, se generen fallas tan recurrentes en el sistema eléctrico. Pedro Gutiérrez, uno de los afectados, expresó su frustración ante la falta de justificación por parte de las autoridades responsables.
Y como si la situación no fuera lo suficientemente caótica, un incidente reciente ha añadido más preocupación a los residentes. El domingo pasado, un vehículo de carga pesada colisionó contra un poste de alta tensión, fracturándolo en su totalidad. La vista del poste casi en el suelo es una verdadera pesadilla para los habitantes, quienes temen que en cualquier momento, los cables caigan sobre ellos, poniendo en peligro sus vidas.
La indignación de los afectados se ha multiplicado al descubrir que la empresa propietaria del camión no muestra ningún interés en asumir su responsabilidad y reparar el poste dañado. Esta falta de acción por parte de la compañía es considerada un acto irresponsable y poco ético, dejando desprotegida a una comunidad preocupada por su seguridad.
Los residentes de Coviaguard claman por una pronta solución a este problema. Esperan una respuesta y acciones por parte de Corpoelec, la empresa estatal encargada del suministro eléctrico en la zona afectada. La falta de atención e inacción por parte de la empresa ha incrementado la frustración y el malestar entre los afectados, quienes exigen una respuesta inmediata para aliviar la angustia y preocupación que los consume.
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