Sin conservantes
La razón es muy sencilla, lo llegó a explicar de forma muy concreta el famoso periodista venezolano especializado en gastronomía Miro Popic: “el queso de telita lleva un moldeo en caliente, que se maneja con dos paletas de madera y se va doblando en finas láminas hasta lograr la forma deseada (…) se consume fresco pues no admite refrigeración sin que se altere su consistencia y sabor, ya que no posee conservantes”.
El queso telita tiene matices con respecto al de mano, que también se elabora típicamente en la población de Upata, estado Bolívar. Pero ambos cuando son “exportados” hacia otros lugares país sufren cambios por el tema de la temperatura que cambia su sabor y consistencia.
¿Por qué en Upata?
Seguramente también se han preguntado por qué específicamente el queso de Upata se hizo tan famoso. Así como los llanos venezolanos, el sur del Lago de Maracaibo y el pie de monte andino se caracterizan por la producción ganadera de lácteos, Upata es la región específica del estado Bolívar donde la ganadería tuvo un peso importante en su economía y las artes del queso tradicional se trasladaron de generación en generación, conservando su fisionomía.
Luego de la batalla de San Félix de 1817, Upata adquirió tal importancia por su capacidad económica, que el general Manuel Piar la designó como capital de la Provincia de Guayana. Se trata de un valle que por sus elevaciones circundantes conservó una temperatura más agradable y bondadosa que otras regiones del estado Bolívar.
Además del calor menos intenso, las lluvias torrenciales eran otra bondad que le otorgaba la naturaleza, junto a sus suelos.
Sigamos con el queso
La lejanía de Upata con los principales centros urbanos del resto del país, hicieron de su queso una leyenda, debido a que quienes lo probaban contaban al mundo sobre sus virtudes y sin tener una marca de origen, proliferaron en algunas ciudades como Caracas y Valencia, camiones que decían traer el “legítimo” queso de Upata. Evidentemente y por razones que ya explicamos, bien sea por el calor de no refrigerarlo o precisamente por someterse a refrigeración, el queso de Upata nunca sabía igual en potras ciudades del país.
¿Y cuáles son sus acompañantes perfectos? Pues lo típico es comerlo con una buena cachapa, bollitos de maíz tierno, con catalinas, o como muchas familias en Guayana solían hacerlo con un buen trozo de pasta de guayaba, de la que pronto también les hablaremos.
📝Ven Para Saber/ Chevige González Marcó
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