Brasil y Colombia, aliados de Nicolás Maduro, se han unido a la ola de críticas provenientes de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países en relación al desarrollo del proceso electoral en Venezuela. Ambos países han señalado que la celebración de las elecciones del 28 de julio son una oportunidad crucial para fortalecer la democracia en la nación sudamericana, tal como se había acordado en Barbados.
Las reacciones internacionales llegan justo después de que en Venezuela finalizara el período de inscripción de candidatos para las presidenciales del 28 de julio. La principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), denunció obstáculos para postular a su aspirante, Corina Yoris, quien fue elegida debido a la imposibilidad de María Corina Machado de competir por estar inhabilitada.
La PUD informó posteriormente sobre la inscripción provisional de Edmundo González Urrutia, quien podrá ser reemplazado a partir del 1 de abril, siempre y cuando no tenga sanciones administrativas o impedimentos legales, y el Consejo Nacional Electoral (CNE) apruebe la candidatura que lo sustituye.
El gobierno de Brasil, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva, ha manifestado su preocupación y ha señalado que el desarrollo electoral en Venezuela no está en línea con los compromisos del acuerdo de Barbados firmado el año pasado. La Cancillería brasileña indicó que la candidata propuesta por la Plataforma Unitaria, fuerza política de oposición, fue impedida de registrarse, lo cual va en contra de lo pactado en Barbados.
Por su parte, Colombia expresó su inquietud por las dificultades que enfrentaron sectores mayoritarios de la oposición para inscribir candidaturas presidenciales, lo que podría perjudicar la transparencia y competitividad del proceso electoral en Venezuela.
Las reacciones del gobierno venezolano no se hicieron esperar, rechazando las declaraciones de Brasil y Colombia y acusándolos de seguir las indicaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos. El ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, calificó las declaraciones de sus pares de Brasil y Colombia como actos de mala fe y de injerencia.
Estados Unidos, que había levantado sanciones a Venezuela el año pasado con la condición de avances en el proceso electoral, ha exigido al gobierno de Maduro que respete el derecho de todos los candidatos a postularse y ha expresado su preocupación por el impedimento de registro de la opositora Corina Yoris.
La Unión Europea también ha mostrado su inquietud por el proceso irregular que está impidiendo la participación de la oposición en las elecciones venezolanas, instando a las autoridades locales a proteger los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
La situación en Venezuela ha generado diversas reacciones a nivel internacional, con países como Guatemala, Uruguay y otros expresando su preocupación por el proceso electoral en el país sudamericano. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Venezuela, instando a un proceso electoral transparente y democrático.
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