Aunque Maduro logró reunirse por separado con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, la decisión de aceptar nuevos miembros en los BRICS requiere unanimidad, y Brasil, bajo la dirección de Luiz Inácio Lula da Silva, fue el principal obstáculo para su incorporación. Lula, quien no pudo asistir a la cumbre por problemas de salud, había ordenado a sus delegados bloquear el ingreso de Maduro, enfatizando que el grupo necesita países que puedan contribuir, algo que Venezuela no puede ofrecer en su actual estado.
La situación se torna más compleja por la falta de legitimidad del gobierno de Maduro, especialmente tras las elecciones disputadas, y el fracaso de Venezuela en el Mercosur, donde su suspensión por "ruptura del orden democrático" sigue vigente. Además, la presión de movimientos como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) sobre el gobierno brasileño ha complicado aún más su situación diplomática, llevando a Lula a tomar una postura firme en contra de la inclusión de Maduro en cualquier bloque internacional.
La ineficacia del régimen venezolano para aportar algo significativo a la comunidad internacional y las maniobras políticas de Maduro para chantajear a Brasil reflejan un panorama complicado para el país. La negativa de Lula a permitir el ingreso de Venezuela en los BRICS es un claro mensaje sobre las realidades políticas y económicas que enfrenta Maduro, quien continúa buscando apoyo internacional sin lograr consolidarse en el escenario global. 🚫🤝
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