El régimen venezolano libera a algunos detenidos, pero mantiene encarcelados a miles como rehenes para negociar y distraer a la opinión pública
Caracas, Venezuela - El gobierno de Nicolás Maduro ha recurrido una vez más a la liberación selectiva de presos políticos como estrategia para aliviar la presión pública y desviar la atención de las graves violaciones a los derechos humanos que sufren los detenidos en el país.
Maduro utiliza a los presos políticos como "rehenes para negociar, chantajear y distraer la atención pública". Esto incluye a adolescentes, mujeres, indígenas y extranjeros, quienes son sometidos a juicios injustos, condiciones inhumanas de detención y limitado acceso a la defensa legal.
Un caso emblemático es el de Jesús Manuel Martínez Medina, testigo electoral fallecido por negligencia médica mientras se encontraba bajo custodia policial. Su muerte generó una ola de indignación y críticas al régimen por el trato inhumano a los presos políticos.
Ante esta presión, Maduro anunció la revisión de 225 casos de detenidos tras las elecciones presidenciales, de los cuales solo algunos han sido liberados hasta ahora. Sin embargo, se estima que aún quedan cerca de 2,000 presos políticos en Venezuela, convirtiéndolo en el país con la mayor cantidad de este tipo de detenidos en la región.
"Son héroes de esta larga y dolorosa lucha", afirmó la líder opositora María Corina Machado sobre los presos políticos liberados, al tiempo que recordó que cientos siguen encarcelados injustamente.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han denunciado repetidamente la grave situación carcelaria en Venezuela, con evidencias de ejecuciones extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias. El uso de los presos como moneda de cambio parece ser la última estrategia del régimen para evadir estas denuncias y mantener el control político.
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