El presidente electo Donald Trump confirmó este miércoles la nominación del senador de origen cubano Marco Rubio como jefe de la diplomacia de Estados Unidos.
Este congresista por el estado de Florida, de línea dura, pero gran conocedor de los temas internacionales, sería el primer latino en ocupar el cargo.
«Es un gran honor para mí anunciar que el senador Marco Rubio, de Florida, ha sido nominado para ocupar el cargo de Secretario de Estado de los Estados Unidos. Marco es un líder muy respetado y una voz muy poderosa en defensa de la libertad. Será un firme defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios. ¡Espero trabajar con Marco para hacer que Estados Unidos y el mundo vuelvan a ser seguros y grandiosos!», anunció Trump en un comunicado divulgado por su oficina.
Rubio, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, estuvo en las quinielas como posible compañero de fórmula de Trump antes de que este se decantara por J.D. Vance.
En política exterior, Rubio es partidario de ejercer máxima presión sobre China, gran potencia rival de Estados Unidos, e Irán y es favorable a acabar con la guerra entre Ucrania y Rusia.
Critica duramente al gobierno castrista de Cuba, al mandatario venezolano Nicolás Maduro y al nicaragüense Daniel Ortega.
El senador de 53 años y Trump fueron rivales en las primarias republicanas en 2016. Por aquel entonces la relación entre ambos era execrable y los calificativos despectivos estaban a la orden del día.
Rubio dijo de Trump que tenía las «manos pequeñas» y le llamó «estafador». El magnate también se burlaba de él, con el apodo de «pequeño Marco».
Pero en política la memoria es corta y al parecer han pasado de enemigos a aliados.
La relación fue mejorando durante el primer mandato presidencial de Trump (2017-2021), con quien trabajó sobre temas de América Latina, y fue un gran apoyo en la campaña para volver a la Casa Blanca, sobre todo entre el electorado latino.
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