CARACAS.- El 2024 llega a su fin como el año "más sangriento" y el "más oscuro" para los derechos humanos en Venezuela, ante una represión desenfrenada iniciada por el régimen de Nicolás Maduro en enero, en el marco de la campaña electoral, y escalada tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.
La dictadura chavista rompió este año con todos sus patrones de represión, al arremeter en contra de toda la ciudadanía en general, incluido menores de edad. Solo este año, el régimen detuvo arbitrariamente a más de 2,500 personas por razones políticas, 2,400 en el contexto poselectoral, superando así el número de presos políticos que registró la dictadura de Marco Pérez Jiménez.
En un hecho sin precedentes, la dictadura chavista detuvo a más de 150 adolescentes de entre 14 y 17 años de edad, a quienes acusó de delitos graves, como terrorismo. Luego de algunas liberaciones, el régimen dejó a alrededor de 70 menores detenidos hasta mediados de noviembre.
Además, el régimen detuvo arbitrariamente a 196 miembros del Comando con Venezuela, que participaban como activistas para las pasadas elecciones. Hasta la fecha, solo han excarcelado a 26 dirigentes por condiciones de edad y graves problemas de salud.
Los organismos internacionales llevan cuenta de los 24 manifestantes asesinados este año en nueve estados del país, todos ellos con heridas de armas de fuego. Además, se registraron cinco fallecidos bajo custodia del Estado, por falta de atención médica.
Ante este sangriento saldo, la comunidad internacional ha reconocido la instauración de un "terrorismo de Estado" por parte del régimen de Maduro. Ahora se requiere del apoyo internacional para que el régimen entienda que "por el bien de todos" debe haber una transición pacífica y ordenada.
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