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Arianna Pinto está presa en el hospital de Tinaquillo porque la líder de una UBCH la denunció por terrorismo

Arianna Pinto tiene 20 años y padece insuficiencia renal crónica, luego de que el 1 de agosto la detuvo el Cicpc. Una denuncia sin fundamento, dice su madre, la convirtió en otra de los miles de detenidos después de las elecciones presidenciales del 28 de julio


Arianna Pinto es una joven campesina, paciente renal y presa política. Cuando la detuvieron tenía 19 años y entre barrotes y una sala de urgencias pasó su cumpleaños número 20.

Su historial médico es de larga data. Cuando tenía 10 años fue diagnosticada con diabetes mellitus tipo I y a los 19 con hipertensión arterial crónica. Su enfermedad se agravó desde el 1 de agosto, cuando quedó privada de libertad.

La acusación de terrorista y de instigadora de odio la sumió en una crisis de ansiedad que concluyó en una insuficiencia renal crónica: se hinchó de pies a cabeza y convulsiona casi a diario.

Además del dolor de estar prisionera, Arianna padece falta de atención médica integral. Desde el 12 de agosto está internada con una condición de salud grave en el hospital Joaquina de Rotondaro, del municipio Tinaquillo, estado Cojedes. Suma 2 meses y 20 días sobreviviendo a las carencias del sistema público de salud: sin medicamentos ni insumos.

A Arianna, el Estado no le garantiza, siquiera, las cintas para su glucómetro, el aparato que usan los diabéticos para medir la glicemia, pero sí la custodia de dos detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que la vigilan día y noche para que no mantenga contacto con el mundo exterior. Además del personal sanitario, solo su mamá, Elizabeth Pinto, puede acercarse.

“Esto es muy fuerte, muy doloroso. Me ha tocado pedir, incluso, hacer rifas para su tratamiento, ya que aquí en el hospital hasta el obturador, que cuesta 15 bolívares, lo tengo que comprar”, lamenta Elizabeth, una madre soltera, de 50 años, con 4 hijos a cargo.

Antes de la detención, Arianna se estaba sintiendo mal. El 24 de julio, unos exámenes de laboratorio le reportaron una leve infección urinaria. Luego, 12 días después de su encarcelamiento, su salud se agravó. Entró en un cuadro clínico de insuficiencia renal que aún no supera.

“Me ha tocado batallar duro aquí en el hospital y en los tribunales. No hay derecho a castigar así a una familia humilde y sin recursos económicos”, relata Elizabeth Pinto a El Pitazo en entrevista telefónica realizada el 26 de noviembre.

Vida de sacrificio

Arianna vivía con su mamá en La Guamita, cerca de Paso Ancho, una zona rural de Tinaquillo. Ambas compartían la vida en una vivienda improvisada con desechos de láminas de zinc. Para resolver la manutención de la familia, se ayudaban con la venta ambulante de café colado, los bonos y la bolsa de alimentos que otorga el Estado.

En los días posteriores a la elección presidencial, a finales de julio, las vidas de ambas mujeres empeoraron. El 1 de agosto, Arianna fue denunciada en el Cicpc por una mujer que dirige una Unidad de Batalla Bolívar Chávez, UBCB, en un vecindario cercano a La Guamita y Paso Ancho.

La mujer de la UBCB la denunció por una agresión física y por promover acciones políticas opositoras en la comunidad. Junto a Arianna, también fue señalada su vecina Génesis Tovar, otra joven de 23 años, madre soltera, que ahora está en los calabozos del Cicpc, delegación Tinaquillo.

📝 Redacción ElPitazo

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