El Itamaraty, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, evalúa que la crisis en Mozambique ya se compara a la vivida por Venezuela. El país africano, antigua colonia portuguesa, es escenario de protestas de la oposición desde hace dos meses, que ya han dejado más de 250 muertos. El detonante de las manifestaciones fue la victoria en las elecciones presidenciales de octubre del candidato gubernamental, Daniel Chapo, que es cuestionada por el líder opositor Venâncio Mondlane.
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Según una fuente diplomática que sigue la situación, hay claros indicios de fraude en el declarado triunfo de Chapo, del partido Frelimo, que gobierna Mozambique desde la independencia en 1975. El órgano electoral, dominado por el gobierno, le otorgó el 65% de los votos frente al 24% de Mondlane, un carismático político evangélico que ha movilizado sobre todo a la franja más joven de la población.
Brasil hasta el momento no ha reconocido claramente la victoria de Chapo y ha expresado preocupación por el aumento de la violencia. Hay un especial temor a una nueva ola de protestas el día de la toma de posesión del nuevo presidente, prevista para el 15 de enero.
La comparación con Venezuela, donde el dictador Nicolás Maduro ganó en julio unas elecciones consideradas fraudulentas por gran parte de la comunidad internacional, se debe a diversos factores. Además de las irregularidades electorales, el Frelimo ha perseguido a opositores y reprimido a los manifestantes con violencia, al igual que hace el venezolano. El propio Mondlane está exiliado en un país desconocido, desde donde sigue alentando a sus partidarios a salir a las calles a través de las redes sociales.
Otro paralelismo está en el hecho de que el Frelimo tiene orígenes marxistas, con los cuales el Partido de los Trabajadores (PT) y la izquierda brasileña tienen relaciones históricas y afectivas.
En este momento, la estrategia de la diplomacia brasileña es actuar entre bastidores, sin la actitud de reprobación explícita como la adoptada en el caso de Venezuela, donde el presidente Lula llegó a pedir nuevas elecciones. La evaluación es que no existen las condiciones materiales y políticas en este momento para repetir la votación en la nación africana.
Un camino posible sería presionar a Chapo y Mondlane a formar un gobierno de coalición transitorio, durante el cual se llevarían a cabo reformas institucionales en los sistemas electoral y político. Brasil se ofrece a ayudar con experiencia en estos campos.
Fuente: Folha De S. Paulo
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