La decisión del gobierno brasileño de no reconocer formalmente los comicios realizados el 28 de julio, que reeligieron a Maduro para un tercer mandato, generó tensión entre los dos países. El presidente venezolano ya había criticado públicamente la posición de Brasil, que ha adoptado una postura diplomática más distante desde entonces.
La participación de la embajadora Gilvânia María de Oliveira, representante de Brasil en Caracas, refleja la elección del Itamaraty de mantener el diálogo institucional sin comprometer la posición política del gobierno de Lula, que defiende el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas en América Latina con respeto a la soberanía, pero también con un compromiso con la democracia.
Este gesto también responde a las críticas internas e internacionales que exigen a Brasil una postura más firme ante los regímenes que enfrentan cuestionamientos sobre sus prácticas democráticas. El envío de la embajadora, en lugar de autoridades de mayor rango, deja claro que el gobierno de Lula busca equilibrar las relaciones sin respaldar el resultado electoral venezolano.
📝Fuente: PlantaoBrasil
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